martes, 31 de mayo de 2011

'Viaje a la oscuridad' de Jean Rhys


A principios de septiembre del año pasado leí una noticia que me hizo tremendamente feliz; decía que en noviembre la Editorial Lumen iba a publicar un libraco llamado ‘Una vida sin ti’ que contendría cuatro novelas cortas de Jean Rhys. Llegó noviembre y nada. Pasaron los meses y aún sin rastro. Busqué desesperadamente hasta que perdí la esperanza. Quizás se habían echado para atrás. Quizás había sido una trola. Y el otro día, cuando bajé a Barcelona y fui de librerías, cuando ya no lo estaba buscando, lo encontré y no podéis imaginar lo contenta que me puse. Al final resulta que en realidad no lo publicaron hasta el pasado abril, pero bien está lo que bien acaba.

¿Y por qué tanto desasosiego para encontrar un libro de una tal Jean Rhys? Pues porque nadie escribe como ella, porque me es facilísimo conectar con la tristeza que transmiten sus escritos, porque sus libros son tan deprimentes que se te hace un nudo en la garganta. Tan pronto como lo tuve en mis manos empecé con la primera novela, ‘Viaje a la oscuridad’, y la devoré. Ahora me estoy refrenando y me he propuesto aplazar el momento de empezar la segunda novela del volumen porque no quiero terminármelas demasiado pronto y quedarme sin nada de Jean Rhys que leer.

‘Viaje a la oscuridad’ es un libro tremendamente autobiográfico; está protagonizado por una joven que nació en las Antillas pero que ahora sobrevive como puede haciendo de corista en Inglaterra, donde el frío y la soledad se hacen casi insoportables. Y por si fuera poco, encima, se enamorará y tendrá que sufrir un desengaño que la hundirá aún más. Es una novela sobria, seca, dura, que nunca habla directamente de tristeza y soledad, pero no hace falta porque son sentimientos que se palpan en cada una de sus líneas.

Si una imagen tuviera que resumir 'Viaje a la oscuridad' en ella veríamos a la protagonista tumbada en la cama de una pensión gris y deprimente recordando su infancia (que tampoco fue especialmente feliz), recordando el pasado para no tener que pensar que en el presente el hombre que ha amado la ha abandonado. Y en la mesilla probablemente habría el detalle tópico pero eficaz de una copa con restos de vino y por la ventana se vería un cielo oscuro y todos los colores serían fríos y apagados.

Y sin emgargo, lo que me gusta más de Jean Rhys es que su tristeza no es causada por circunstancias externas (como podría ser el desamor) sino que es algo que está arraigado más profundamente, algo terrible e incontrolable que se puede esconder pero que siempre está ahí. Es probable que Jean Rhys tuviera depresión crónica. Lo que sí es seguro es que tenía una habilidad para describir los estados depresivos que pocos escritores pueden igualar.


sábado, 21 de mayo de 2011

'Demasiada felicidad' de Alice Munro



Hace poco terminé ‘Todo arrasado, todo quemado’ de Wells Tower, un libro de relatos que toda la crítica ha puesto por las nubes, y si bien no me disgustó sí que me decepcionó. Estaba muy bien escrito, era un libro formalmente cojonudo, pero el fondo cojeaba un poco; tuve la sensación de que lo que me contaba ya me lo habían contado antes mil veces y los temas eran tan tópicos y poco originales que parecían sacados de un ejercicio estilístico propuesto en una clase de escritura creativa. Es mi eterno problema con la mayor parte de la literatura contemporánea: me parece banal, puro formalismo y/o ombliguismo, no conecto con ella y me acaba cansando un montón. Afortunadamente hay excepciones y he encontrado que ‘Demasiada felicidad’ de Alice Munro es una de ellas.

Si alguien se pone puntilloso podrá decir que lo que cuenta Munro en esta colección de relatos ya se ha contado también antes. Y si estoy muy apurada siempre podré decir que todo ya se ha contado antes. Pero lo cierto es que es muy difícil decir por qué un libro te parece más de lo mismo y otro consigue llegarte y te da la sensación de que te cuenta algo real, algo que realmente tiene importancia. Con los cuentos de ‘Demasiada felicidad’ me ha pasado esto último. Munro habla de personajes que llevan vidas normales, más o menos felices (o como mínimo no especialmente infelices), pero estos personajes un buen día se encuentran con un bache que sacude toda su existencia, un agujero por el que caen, una rendija por la que se cuela la desgracia. Y luego tienen que adaptarse a ello. Y es que ‘Demasiada felicidad’ habla de los giros que da la vida (algunos bruscos y crueles, pero otros más cotidianos pero sólo banales en apariencia) y de cómo nos adaptamos a ellos.

De todos los cuentos, los que más me han gustado han sido ‘Ficción’ (porque precisamente habla de la diferencia entre ficción y realidad, y éste es uno de mis temas favoritos), pero también ‘Cara’ (que es una atípica historia de amor que nunca llega a materializarse), ‘Radicales Libres’ (porque empieza dentro de la cotidianeidad pero luego se vuelve un ejercicio de suspense angustiante), y el que da título al libro, ‘Demasiada felicidad’ (una novela en miniatura llena de melancolía, basada en un personaje que existió realmente, una de las primeras mujeres matemáticas, que era de origen ruso y encima también escritora de ficción). Pero en realidad todos me han gustado y todos participan de un mismo estilo y una misma temática que atorga al conjunto una unidad que muchas veces cuesta de conseguir en una recopilación de cuentos.

En cada una de sus páginas, se nota que Alice Munro tiene oficio, que sabe cómo construir un relato. Su estilo es pausado y tranquilo pero sabe como dosificar la información para atraparte. Te hace creer que estás adivinando lo que va a ocurrir a continuación pero siempre te sorprende; todos sus relatos tienen un giro inquietante que te saca de tu zona de confort. Y aunque al final efectivamente como lector adivines lo que va a ocurrir siempre te sorprende con la forma que finalmente ocurre. Y así es como tendría que ser siempre y es por esto que 'Demasiada felicidad' es un libro muy recomendable.