martes, 16 de septiembre de 2008

"Me he sentido tan deprimido como no me sentía desde la pubertad..."

"Please don't tell anybody, but Mark Nechtr desires, some distant hard-earned day, to write something that stabs you in the heart. That pierces you, makes you think you're going to die"

Todos nosotros, como seres humanos, nos vemos limitados en nuestra experiencia. Vivimos aislados dentro de nosotros mismos. Nunca podremos entender el dolor de los demás. Decimos "Te comprendo", "Sé por lo que estás pasando", "Me lo puedo imaginar"... pero en realidad no lo sabemos. No podemos. Para saberlo tendríamos que experienciar en nuestra piel ese mismo dolor y esto no es posible. Es por esto que cuando sufrimos nos sentimos tan solos. Nadie puede ayudarnos. Nadie puede entendernos. Tenemos que sobrevivir al dolor solos encerrados dentro de nuestra cabeza. En este contexto, la función de la literatura, de todo literatura, tendría que ser el de intentar construir una forma de comunicación más eficaz que las simples palabras1. Una buena obra literaria tendría que ser capaz de establecer una comunicación especial entre escritor y lector, lo más parecido a empatía que pueda existir2. Leemos para sentirnos menos solos. Encontrar un autor que es capaz de transmitirte lo que sienten sus personajes3 te hace sentir menos sola, porque es realmente fácil reconocerse en el dolor de los otros, una vez lo has sentido. Aunque tu dolor particular sea realmente diferente al de los personajes de ficción que te ocupan, te sientes acompañado en tu sufrimiento. Sentir que alguien ha pasado por lo mismo que tú es lo más reconfortante que puede existir en este mundo. Y esto sólo te lo dará la literatura4.

Toda la obra de David Foster Wallace gira alrededor de la empatía. Sus obras se estructuran a partir de la presunción de que los lectores empaticemos con los personajes, por más que se traten de personas tan alejadas de nosotros como un delincuente de poca monta, un yuppie adicto a la marihuana o John McCain. Sus relatos intentan meterse dentro la cabeza de personajes que sobreanalizan todo lo que les rodea y sobre todo a sí mismos. En sus ensayos se suele adentrar en un mundo que es desconocido para él e intenta explicarlo a sí mismo (desde la posición de alguien externo) y a nosotros que en principio no tenemos porque estar interesados. En su mega-novela 'La broma infinita' intenta (entre muchas otras cosas) que sintamos en nuestra piel lo que significa tener una adicción5. Y todo esto lo hace de una forma que no lo hace nadie más, porque David Foster Wallace demuestra que realmente se puede ser desternillantemente divertido sin dejar de hablar de temas profundos y complejos, y que se puede ser innovativo formalmente sin que el contenido deje de ser lo más importante. Nadie escribe de la forma que escribía Foster Wallace. Muchos lo citan como influencia6 (y a partir de ahora aún serán muchos más), pero en realidad nadie escribe como él. No se puede describir como escribe DFW. Se tiene que leer. Precisamente no se puede describir porque no tenemos nadie con quién compararlo.

Será todo lo exagerado que queráis, pero no puedo evitar tener la sensación que David estaba abriendo un nuevo camino en la literatura contemporánea, un camino que ya nadie seguirá. Miro alrededor y no veo nadie que sea capaz de retomarlo donde lo dejó él. Pensad que su literatura es una literatura casi interactiva, no tanto porque realmente algunos de sus relatos tienen casi estructura de hipertexto (que también), sino porque es una literatura que hace participar al lector7. Además, no sólo hemos perdido un gran escritor, porque ciertamente David no era un escritor que era un genio, sino que era un genio que se dedicaba a escribir. Se graduó en Inglés pero también Filosofía. Parece que iba encaminado hacia las mates, pero a mí siempre me había gustado creer que él había pensado que las mates eran demasiado fáciles para él, que no tenía gracia dedicarse a alguna cosa en la que sabes que eres el mejor, siempre me había gustado creer que fue que por esto se pasó a la literatura, porque esto sí que suponía un reto para él y porque la literatura le permitía de algún modo saciar su innata curiosidad. No sólo hemos perdido un gran escritor, sino un pensador con una capacidad incomparable para descodificar nuestro mundo8. Él era un buscador incansable de la verdad en estos tiempos en los que la ironía lo emmascara todo. Él era alguien que luchaba para superar la postmodernidad.

Estés donde estés, gracias Dave.


01. La literatura es más que simples palabras. Del mismo modo que la pintura es algo más que colores. La literatura se sirve de las palabras para construir algo que va más allá de las palabras.

02. Creo que ya ha quedado establecido antes que la empatía entendida como "la capacidad cognitiva de sentir en un contexto común lo que un individuo diferente puede percibir" no existe, pero lo vuelvo a repetir.

03. Lo he dicho siempre, lo que hace una obra son sus personajes. Se puede tener una buena obra con una trama deficiente pero unos personajes perfectamente construidos. Sin embargo, no creo que pueda existir una buena obra con una trama impecable pero unos personajes mal construidos (o directamente no construidos). Y es que yo no leo para que una trama me entretenga, sino para conocer unas personas que seguro que no son tan diferentes a cómo soy yo. No, para mí, leer no es una diversión. Es algo más. Una necesidad mucho más íntima. Aunque también suele ser divertido.

04. Hasta aquí básicamente he parafraseado un par de ideas que David Foster Wallace expesó en más de una ocasión. Ciertamente yo leo porque me encuentro encerrada en mí misma y la literatura me ayuda a no sentirme tan sola. Pero también es cierto que también leo porque me encuentro encerrada en mí misma, en mi vida limitada por mis circunstancias, pero aún así tengo esa necesidad de vivir más allá de mi persona. No podemos experimentarlo todo. La experiencia de una vida humana es ridículamente limitada dada la basta paleta de posibilidades existentes, pero a mí me gustaría conocerlo todo, me gustaría poder vivir todo el dolor y toda la alegría que existen en otras vidas diferentes a la mía. Aunque no viva, me gustaría vivirlo todo.

05. Realmente toda la novela es como un viaje alucinógeno que cuando se termina te deja con el bajón post-efecto-de-las-drogas.

06. Aunque nunca seré escritora, también ha influenciado mi forma de escribir. No son sólo las notas a pie de página de esta entrada. Es por él por lo que intento marcar un estilo que combine lenguaje coloquial y lenguaje elevado. Es por él por lo que intento usar el humor pero no de una forma que sea distanciadora. Es por él por lo que intento construir giros mentales que puedan salir de lo predecible. Pero sobre todo es por él por lo que intento hablar de todo con pasíon. Y etcétera.

07. Un par de ejemplos al azar. Primero: en 'La broma infinita' más importante que la novela que está escrita es la novela que no está escrita y que tenemos que escribir nosotros los lectores. Alguien dijo que 'La broma infinita' eran las mejores 1000 primeras páginas de una novela de 3000 páginas que había leído nunca. Totalmente de acuerdo. Lo que pasa es que DFW nunca escribió las 2000 páginas que faltaban. Deja que nosotros las escribamos en nuestra cabeza. Segundo: En 'Breves entrevistas con hombres repulsivos' hay un cuento terminado en forma de esquema y somos los lectores los que tenemos que reconstruirlo.

08. Ayer lo mencioné. David Foster Wallace cambió mi forma de pensar. No exageraba. Para entrar en algunos detalles, me enseñó a intentar no caer en prejuicios, a analizarlo todo, a buscar el verdadero motivo (o significado) que se esconde detrás de cada acto o de cada palabra, a no ser tan esnob, a comprender mejor cómo funcionan los mecanismos a través de los cuales estructuramos nuestro pensamiento, a a ser capaz de ponerme en el lugar de todo tipo de personas (incluso las que antes me producían sólo desprecio), etc. Y gracias a su influencia también intento ser cada día más sincera con mí misma, deshacerme de la coraza que es la ironía para intentar ser sincera y buscar la sinceridad y la verdad en todo lo que me rodea, prescindiendo de mi innato cinismo.

2 comentarios:

oscar pons dijo...

Hola...
He leído con mucha atención todo lo que cuentas y más porque lo haces con el corazón. Un novela la hacen los personajes, es cierto. Hace unos años buscaba en la literatura imaginación, que la trama fuese imaginativa. Personajes planos, mal escrita, no me importaba, o mas bien, no me daba cuenta. Hoy en día es todo lo contrario y leo libros que no me imaginaba que pudieran interesarme. Por supuesto, libros y autores que consideraba de cabecera, ahora me parecen prescindibles. Ahora le sigo dando importancia a la imaginación, pera también me ha de transmitir emociones. Para mí los libros tampoco son un método de evasión, aunque sea verdad que entretienen. Para mí son un refugio, son mis amigos. Mis únicos amigos.
Un abrazo :)

Núria dijo...

Gracias por leerme :*

A mí también me ha pasado esto que con el tiempo he ido cambiando mis gustos como lectora. Y también que cada vez los libros son mis mejores amigos. Al menos nunca te dejan tirada ni te dicen que no, ni siquiera si los llamas a las cuatro de la madrugada ;)

Un abrazo :)