martes, 22 de septiembre de 2009

'Platónov' de Antón Chéjov

El jovencito Antón Chéjov en un retrato hecho por su hermano Nicholas.


'Platónov' es la primera obra de teatro de Antón Chéjov. La escribió cuando tenía 20 años y aún vivía en casa de sus padres en provincias. La leyenda dice que Chéjov destruyó el manuscrito ante la negativa de una famosa actriz de la época de interpretarla. Pero no debió ser así, o quizás existía una copia, porque en 1923 (19 años después de la muerte de Chéjov) se encontró un borrador y en 1933 se publicó. Dadas estas circumstancias se entiende que sea una obra tan caótica y que parezca que le falte una buena revisión. Tiene la intensidad y la fuerza de los primeros borradores. Posee la pasión que sólo un postadolescente furioso contra todo el mundo puede poseer. Es caótica y, sí, en esto está su principal defecto pero también su principal virtud. Es larga y sobran un montón de personajes, pero no podría ser más corta ni se podría quitar ningún personaje. Es una obra que la tomas o la dejas.

Los personajes de 'Platónov' son los personajes que se reúnen alrededor de Anna Petrovna, la joven, atractiva y arruinada viuda de un general. La mayoría de estos personajes son buitres que pululan a su alrededor y que esperan cobrarse el dinero que le han prestado de una forma u otra. Pero entre ellos destaca Platónov, un maestro de provincias desilusionado, considerado por todos como un hombre magnífico, especialmente por las mujeres. Todas las mujeres que salen en la obra están enamoradas de Plátonov, ya que al fin y al cabo es un tipo ingenioso y seductor que va de hombre torturado, una mezcla entre Don Juan y Hamlet. Platónov es capaz de comportarse como un canalla y luego lamentarse y odiarse por haberse comportado como un canalla. Platónov es todo fachada, en el sentido que no hay nada detrás, es un personaje apático que deja que la vida sea algo que le suceda. Si es tan atractivo para las mujeres es porque para cada una de ellas interpreta el papel que ella desea que un hombre interprete (el marido fiel, el intelectual carismático, el joven romántico, el canalla sádico).

Platónov en ningún momento escoge ninguna de las cuatro mujeres que tiene a su disposición, deja que las circunstancias escojan por él. Es difícil sentir simpatía por Platónov. Con su renúncia a actuar desencadena la desgracia. Mucho mejor me ha caído Triletzki, un joven médico que idolatra a Platónov y que se debate entre el deseo de ser un canalla à la Platónov, ser simplemente un canalla o casarse y llevar una vida honrada. Triletzki es un bufón y, en medio de tonterías, es quien canta las verdades. Triletzki es quien declama que tan malo es el ladrón de baja estofa como los buitres ambiciosos que sobrevuelan sobre Anna Petrovna esperando su ruina total. Y es que esta obra es una obra misántropa y pesimista como sólo lo podría ser una obra escrita por un postadolescente furioso con todo el mundo. La moraleja final es que todo el mundo es vil y malvado. El único personaje que es bueno es la esposa de Platónov, pero su bondad va ligada con la estupidez. Platónov también es malvado y lo sabe, pero lo único que lo distingue de los demás malvados es su conciencia. En el fondo lo que retrata 'Platónov' es la muerte de los escrúpulos morales encarnados por Platónov.

domingo, 20 de septiembre de 2009

'Winesburg, Ohio' de Sherwood Anderson


Soy una fan del relato corto como género. Sobre todo el relato corto del siglo XX. Y he leído unos cuantos, pero ninguno como los de Sherwood Anderson. Y voy a intentar explicar por qué. Los cuentos de 'Winesburg, Ohio' van mucho más allá de lo que van los cuentos al uso, o quizás sería más exacto decir que van mucho más adentro. Normalmente los cuentos del siglo XX (los buenos) cuentan desde la distancia la profundidad de sus personajes a través de los hechos de dichos personajes. Pero Sherwood Anderson nos cuenta desde dentro lo que sienten sus personajes. Sus cuentos están llenos de empatía por los personajes que ha creado, el autor entiende a sus personajes y sufre con ellos, y nos transmite a los lectores este entendimiento y este sufrimiento. Pocas veces en literatura se ha llegado a describir tan bien lo que significa ser humano. Anderson nos cuenta qué significa estar vivo y la belleza, el dolor, la soledad, la frustración y la felicidad que puede haber en ello.

'Winesburg, Ohio' es una colección de relatos breves que ocurren en la ciudad de Winesburg. Así, hay personajes que se repiten en varios cuentos y el nexo de unión es George Willard, un joven que trabaja en el periódico local y que sueña con salir del pueblo y ser escritor, un personaje que aparece en (casi) todos los cuentos del libro, ya sea sólo como una mención o como personaje activo en la trama. Y esto hace que el libro tenga una unidad perfecta y que nos retrate maravillosamente el ambiente de un pequeño pueblo del Oeste de Estados Unidos de finales del siglo XIX. Más que una colección de relatos es un retablo de la existencia, rebosante de detalles y de exactitud. Pero ya lo he insinuado, lo que realmente hace este libro maravilloso es la creación de unos personajes con los que es imposible no identificarse.

A primera vista, (prácticamente) todos los personajes de Winesburg parecen cortados por el mismo patrón: personajes serios, solitarios y encerrados en si mismos, unos personajes que desde fuera pueden ser vistos como grotescos. Y lo grande de estos relatos es que empiezan desde fuera, contándonos lo que cualquiera de los habitantes de Winesburg puede ver, pero luego se adentran en los personajes y nos explican qué tiene de peculiar su soledad y su tristeza, como y por qué han llegado a ser lo que son, el secreto que esconden detrás de su fachada. Y lo mejor de todo es que la desgracia que sienten no proviene tanto de circustancias externas sino de su propia personalidad. Es lo que dicen, 'Character is destiny'. Y cada personaje es distinto, único, cada uno frustrado por una razón particular, que en el fondo es la misma. Es un libro que habla de lo universal y lo personal. Es un libro de aquellos (pocos) que me hacen sentir menos sola en este mundo. Es desde ya de mis favoritos entre los favoritos.

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Un par de relatos de 'Winesburg, Ohio' (en inglés):
'Hands', 'Mother' y 'Adventure'
Y aquí podéis encontrar en castellano ('Nadie lo sabe', 'Aventura' y 'La maestra').



martes, 15 de septiembre de 2009

'El último encuentro' de Sándor Márai


Si digo que me he tenido que forzar para terminar 'El último encuentro' supongo que ya lo he dicho todo. Al principio tampoco es que me estuviera disgustando, pero una vez se descubre el secreto, la razón por la cual huyó el amigo, y resulta ser una razón de lo más prosaica y banal, mi interés se esfumó por completo y aún quedaba prácticamente medio libro por leer. 'El último encuentro' narra el reencuentro de dos amigos después de 41 años sin verse, después de que uno de ellos huyera sin dar ningón aviso o explicación, y todo esto después de ser amigos durante más de veinte años, desde la infancia. Al principio no me estaba disgustando, me gustó el flashback en que se describía la infancia del protagonista y, por supuesto, la amistad con un compañero de internado. Me gustó el sentimiento de pérdida y soledad que siente el anciano protagonista porque el mundo al que pertenecía (el imperio austrohúngaro) hace ya años que no existe. Me empezó a mosquear que el narrador comentara que la amistad es un sentimiento tan noble que sólo se puede dar entre dos hombres, no entre dos mujeres. Puede parecer un detalle sin importancia, pero para mí no lo es. Y luego el dicho encuentro entre los dos viejos amigos se me hizo ya insoportablemente tedioso. A parte que la conversación es totalmente inverosímil (¡nadie habla así y durante tanto tiempo!) las colosales digresiones me hicieron acabar la paciencia. Mucha palabrería para en el fondo no decir nada más que lugares comunes.

sábado, 12 de septiembre de 2009

David Foster Wallace

(February 21, 1962 – September 12, 2008)

'El rio' de Rumer Godden


Decidí leer 'El rio' para satisfacer mi imperiosa necesidad de leer historias sobre niñas que crecen, porque (lo digo siempre) hay muchísimas historias sobre niños que crecen pero poquísimas sobre niñas que crecen. La protagonista de 'El rio' es Harriet, una preadolescente que vive al lado del rio Ganges, que se está haciendo mayor y que no acaba de encajar ni en el mundo de los niños ni en el de los adultos, pero además también se encuentra dividida entre dos culturas, la inglesa y la india, sin acabar de pertenecer del todo a ninguna. Su mejor virtud es que es un libro que da lo que promete: la narración de una serie de experiencias y sentimientos con los que es inevitable identificarse. Y su mayor defecto es que su narración parece poco trabajada, nada pulida, como si no hubiera sufrido ninguna revisión. Si al acabar de leer la novela leemos el prefacio de su misma autora sabremos que más o menos efectivamente es así, allí nos confiesa que este libro no se gestó a partir de una idea que maduró en su cerebro, sino que le salió de dentro y que lo plasmó tal cual. Y se nota algo desordenado, caótico y torpe.

Harriet es una niña que se está haciendo mayor y en realidad no tiene ganas de hacerse mayor, pero descubrirá que el tiempo no se puede detener y que todos nos hacemos mayores y que el mundo de los mayores es muy distinto a la despreocupación de la infancia, porque en el mundo de los mayores hay soledad, dolor y muerte. 'El rio' capta perfectamente la melancolía y la nostalgia de hacerse mayor. Y es precioso. Bea, la hermana mayor de Harriet, se ha hecho ya mayor y ya no pasa su tiempo con Harriet como solía, sino que lo pasa con una nueva amiga de su misma edad. Harriet la echa de menos, se siente sola, a veces juega con su hermano pequeño, pero la verdad es que la mayoría de veces los juegos de su hermano ya no le interesan. Harriet se refugia en su rincón secreto, un muelle al lado del río, y también se refugia en la escritura de un diario secreto (porque Harriet quiere ser escritora). Harriet sufre la melancolía de hacerse mayor y también sufrirá su primer enamoramiento platónico, aunque ella no sea capaz de ponerle esa etiqueta y no acabe de entender que son esos celos y esa felicidad y esa tristeza y esa necesidad de atención que le inspira el capitán John. Y realmente lo que más me ha gustado de esta novela es la relación que se establece entre Harriet y el capitán John, cómo evoluciona de indiferencia hasta una comprensión y una empatía profundas y tiernas y totalmente platónicas.

Y realmente vale mucho la pena.

sábado, 5 de septiembre de 2009

'A la caza del amor' de Nancy Mitford



Esperaba mucho más de 'A la caza del amor'. En realidad esperaba que fuera como Jane Austen ambientada en la época de entreguerras. Y esperar esto es esperar demasiado. Esperaba sarcasmo hiriente y un ojo clínico capaz de retratar la hipocresía de una época y una clase social. Y lo único que encontré fue una ironía espumosa e inofensiva. Este libro es como una Coca-Cola que abriste ayer y hoy descubres que ha perdido todo el gas y todo el sabor. Es un libro superficial, intranscendente e inofensivo. Se divide en cuatro partes, en la primera se nos narra la infancia y primera adolescencia de Linda, y las otras tres partes son tres historias de amor que tuvo de adulta.

La primera parte quizás sea la mejor, porque es la única que tiene algo que puedo rescatar de la novela: la nostalgia por la infancia perdida y la descripción de la melancolía y el deseo de hacerse mayor. Pero, aún así, Nancy Mitford centra todos sus esfuerzos en presentarnos una familia de lo más excéntrica y tantas excentricidades acaban por cansar y resultar totalmente inverosímiles. La narración de las otras tres partes me ha parecido epidérmica hasta extremos insoportables. Simplista y tan insufrible como la protagonista. Y es que uno de mis mayores problemas es que la protagonista no me ha caído nada bien por más que la autora lo ha intentado: es una niñata malcriada, consentida e immadura, a la que le hubiera venido bien un par de bofetadas para que espavilase un poco. Se nos quiere hacer creer que la tenemos que admirar porque es un espíritu libre y rebelde, pero en realidad es una egoísta narcisista. Y otra cosa que me ha mosqueado hasta decir basta es que nos quieran hacer colar una historia entre un vivales y su mantenida como una gran historia de amor.

Por lo que parece soy la única persona en este mundo que no ha soportado este libro, pero es que no podido. Aún hay más razones por las que no lo he soportado. Es muy fácil reírse de los comunistas y los nuevos ricos, pero en cambio se idealiza de una forma propagandística la aristocracia inglesa. ¿Qué más? Todos los personajes son esquemáticos y tópicos. Y de toda la galería sólo hay uno que ha conseguido parecerme mínimamente interesante (el intelectual e hipocondríaco Davey); el resto los hubiera mandado todos a la hoguera. Pretende ser un libro humorístico pero no ha conseguido hacerme sonreír ni en una sola ocasión. Y encima al final tiene un giro de "los ricos también lloran" que me ha parecido insultante. Creo que podría seguir, pero bueno, después de soltar toda esta bilis, ya me he quedado descansada.

Nuevo tráiler de 'Entrevistas breves con hombres repulsivos'