Hasta la fecha, de Edith Wharton, había leído dos novelas: ‘La
edad de la inocencia’ (que adoré) y ‘Ethan Frome’ (que era tan insípido que no
me supo a nada). Con esta colección de cuentos suyos que ahora he leído
(titulada ‘Encanto y compañía’) pasa algo parecido: hay algunos cuentos que me
parecen perfectos y otros que me dejan bastante fría. Le doy muchas vueltas y
la única conclusión a la que llego es que si hay unos que me llegan más que los
otros es porque algunos tienen una voz narrativa particular que me parece tan
real como si me estuvieran contando la historia al oído. Lo cual es lo mismo
que no decir nada.
Ciertamente no es por el tema, cosa que parecería la
respuesta más obvia. El primer cuento de esta recopilación se titula ‘Las
vistas de la señora Manstey’ y va sobre una señora mayor, que se ha quedado
sola y que en la vida ya sólo le queda el placer de mirar por la ventana, hasta
que deciden construir un edificio que va a privarle incluso de estas vistas. Por
razones que no vienen al caso, este cuento es con el que debería tener más
afinidad a nivel emocional, el que debería llegarme más. Sin embargo, me dejó
fría, me pareció que tenía un buen planteamiento pero llevado de forma nada
original, incluso algo tópica.
Luego está el cuento que da el título a esta recopilación y
va de un hombre rico que se enamora y se casa con una chica rusa, pero con esta
chica le endosan una serie de hermanos y parientes, bellos y encantadores pero
algo inútiles, y al hombre rico le queda el trabajo de irlos colocando. Esta
historia no tiene nada que ver conmigo y, aún así, me pareció maravillosa, por
el tono desenfadado que tiene, la frescura que rebosa y su sentido del humor irónico
y distanciado. Mientras el primero que mencioné me parecieron sólo palabras
escritas sobre papel (por más que pudieran estar bien escritas), éste me pareció
vivo. Así de simple o así de complicado.
Hay otro cuento que también tiene un sentido del humor
delicioso, punzante y satírico; se llama ‘La permanente’ y va de una mujer que
se va a hacer la permanente antes de fugarse con su amante. Y luego hay dos,
que sin dejar de tener una ironía distanciadora maravillosa, son más amargos y
duros. Se trata de ‘El pretexto’, sobre un amor nunca dicho en voz alta, y ‘El
diagnóstico’, sobre el miedo a la muerte. Son dos temas, en principio, ya muy
trillados, pero Wharton les sabe dar una nueva vuelta de tuerca, un enfoque que
parece original, una delicadeza y una sinceridad que te los hacen terriblemente próximos.
4 comentarios:
Supongo que es difícil acertar con la elección de las lecturas. Esto me motiva, en Wharton no fueron todo éxitos.
Vi la adaptación de la edad y eso ha hecho que la novela la tenga excluida. Pues a mi Ethan me impresionó. Mi favorito de esta autora por ahora es La casa de la alegrí, fantástico. Que pena que el libro te haya defraudado. Saludos.
Rostard, supongo que hay muy pocos autores que escribieron sólo obras maestras. Supongo que lo normal es que de vez en cuando les salga una obra regulera.
Pilar, vi la película de La casa de la alegría y me gustó bastante, pero nunca me he acabado de animar a buscar el libro y leerlo. Supongo que ya va siendo hora. Tampoco es que me haya parecido malo el libro: es sólo que unos cuentos me han gustado mucho y otros poco.
Te gustó la edad de la inocencia? Yo me leía tres páginas y la cerré.
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