Hasta ahora Stefan Zweig no habíamos
conseguido conectar, pero me dije que le debía otra oportunidad, que
quizás no acabábamos de congeniar bien porque siempre leía
novelitas cortas suyas y que quizás con una novela larga, donde él
pudiera explayarse, la cosa iría mejor. Pero lo cierto es que ha ido
igual. ¿Verdad que todos hemos encontrado escritores que no nos
parecen malos, pero que sin embargo no nos llegan? Pues a mí me pasa
esto con Zweig. Soy consciente que es un escritor bastante popular, o
como mínimo con una legión más que notable de fieles seguidores,
pero yo no le encuentro la gracia, no consigue emocionarme ni una
pizca: me parece demasiado frío y académico.
Me dije que estaría bien probar con
'La impaciencia del corazón', porque el título me parecía bonito y
porque, en una novela larga, Zweig tendría páginas para explayarse.
Pero lo que ha ocurrido es que me ha parecido que uno de los mayores
problemas de la novela en cuestión era precisamente que Zweig se
explayaba demasiado. Quiero decir que tiene la manía de describir
hasta el detalle más insignificante, cada sensación, cada
pensamiento, cada reacción, cada gesto de los personajes, como si no
pudiéramos imaginarlo, como si no supiéramos qué son cosas tan
corrientes como la vergüenza, la vanidad o el orgullo, con lo cual
me acaba resultando bastante cansino, no hasta el punto de hacerme
perder la paciencia, pero sí hasta el punto de poner los ojos en
blanco cada vez que empieza una de sus descripciones kilométricas
(algo que pasa cada dos por tres).
Con esta afición por la
hiperdescripción súper exhaustiva, Zweig no deja absolutamente nada
a la imaginación. Es como si me lo pusiera todo demasiado fácil
como lectora. Y a la vez tanto detallismo acaba entorpeciendo hasta
anularla la verdadera emoción que podría desprender una historia
como la de la novela. Claro, con tanta descripción minuciosa, por
fuerza Zweig hace un buen retrato de la psicología de los
protagonistas. Pero lo malo es que estos personajes no evolucionan,
no pueden, no tienen espacio para hacerlo. De modo que, cuando
terminan las más de 400 páginas, estos son iguales que al
principio, lo que a mí me parece un poco un timo.
Además, no hay absolutamente ninguna
sorpresa en 'La impaciencia del corazón'. La historia podría
haberse contado perfectamente en la mitad de páginas, pero se estira
y se estira, es repetitiva y no avanza ni a trompicones. Además,
Zweig es un tipo tan serio. No hay ni pizca de humor. Y (aunque el
narrador sea en primera persona) lo escribe todo desde una distancia
desafectada, desde un objetivismo funcional, que hace imposible que
me emocione ni una pizca. Y lo que yo busco cuando leo es
principalmente emocionarme.
Y a pesar de todo lo que he dicho, la
novela no es mala. Es sólo que no es mi tipo.
2 comentarios:
Buen comentario. Pero si te lees una cualquiera de sus maravillosas biografías eso que razonablemente comentas es lo maravilloso pues es un contexto que le agrega fuerza a la vida y obra de los personajes.
Interesante punto de vista, puede que tengas razón, así que me apunto leer alguna de sus biografías, probablemente la de Dostoievski, que es de mis escritores favoritos. A ver si esta vez es la buena.
Gracias por comentar y un saludo!
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