lunes, 21 de julio de 2014

'El ensayo general' de Eleanor Catton



'El ensayo general' es una obra profundamente metaficcional, casi se podría decir metateatral, por más que no sea una obra de teatro sino una novela. Es imposible distinguir lo que es real y lo que es ficción, los hechos del teatro, pero tampoco importa, porque tanto si es realidad como invención, se trata de historias, y al fin y al cabo todos nosotros también nos dedicamos a construir ficciones e historias que expliquen nuestra vida o la hagan más sencilla o más válida, y al cabo de un tiempo también acabamos olvidando qué es verdad y qué es mentira. 

En este debut de Eleanor Catton hay dos partes claramente diferenciadas, que se van intercalando, pero que acabarán entrecruzándose. Por un lado hay las consecuencias que desencadena la relación de un profesor con una menor y también la muerte inesperada de una adolescente. Por otra parte hay los primeros pasos de un postadolescente confuso e inseguro en una academia de teatro tan exigente que a veces sus métodos rozan el sadismo. 

La primera parte está protagonizada en casi su totalidad por personajes femeninos, que giran alrededor de una profesora de saxofón, manipuladora y cruel, que se aprovecha de la influencia (y/o el poder) que tiene no sólo sobre sus alumnas sino también sobre las madres de las alumnas. Esta primera parte está narrada como si fuera la descripción del ensayo general de una obra teatral basada en hechos reales, por lo tanto hay una alta dosis de artificio, los personajes son conscientes que están interpretando un papel, y sin embargo este truco posmoderno, en vez de restar o resultar gratuito, le añade capas de profundidad y nuevas lecturas e interpretaciones. 

La segunda parte, la del estudiante de teatro, en comparación, no me pareció tan interesante, ya que no es tan radicalmente original y novedosa, pero también porque por regla general siempre me interesan más las vicisitudes de personajes femeninos que los devaneos de un chico perdido (con las chicas, con los otros chicos y con su padre), porque esto es algo que ya he leído docenas de veces. Tampoco es aborrecible (ni mucho menos), pero en comparación sale perdiendo. 

Mientras, en un principio, esta segunda parte habla sobre todo de la idea de que todos en nuestra vida interpretamos un papel (o más exactamente más de uno, dependiendo de las circunstancias); la primera parte habla del despertar sexual y del fin de la inocencia. Pero lo interesante es ver cómo estos dos temas van entrecruzándose a medida que las dos partes también van confluyendo, hasta que al final acaban por resultar indisociables. Y es que se trata de una novela sorprendentemente bien construida, a la manera de una muñeca rusa, de modo que también acaba siendo una novela escurridiza, que no podemos etiquetar ni dominar ni explicar en su totalidad; pero esto es siempre magnífico. 

Lo que más me ha sorprendido de esta novela es que a pesar de su tono posmoderno, metaficcional y artificioso, no me ha parecido ni fría ni tampoco una simple pirueta formal. Es cierto que es una novela en cierto modo intelectualizada, pero esto no la perjudica, todo lo contrario. Es una obra cruda, sin concesiones sentimentales, directa y áspera, para nada amable. Encima,no hay ningún personaje que despierte simpatías genuinas. Pero es todo esto lo que la hace tan recomendable. A pesar de las diferencias, me ha recordado un poco a 'Picnic en Hanging Rock', no sólo porque las dos autoras sean neozelandesas, sino sobre todo porque comparten un cierto aire de misterio y una peculiar atmósfera etérea, que me han despertado sensaciones parecidas. 


 - Enlace a la reseña que me animó a leer 'El ensayo general'. 


4 comentarios:

José Martínez Ros dijo...

Vaya, ¡pues es honor que te haya impulsado a leerla! A mí me encantó este libro, y no ve el momento de que llegue The Luminaires (también lo va publicar Siruela, creo que el próximo invierno). Saludos!!!

Núria dijo...

Gracias otra vez por recomendármela y, sí, yo también tengo curiosidad (como mínimo) por leer The Luminaires.

Saludos!!! :D

José Martínez Ros dijo...

Je, je, he leído esto esta mañana y me he acordado de tu reseña de Donna Tart http://www.revistadelibros.com/blogs/del-mundo-flotante/reflexiones-sobre-un-best-sellerrnrn

Núria dijo...

Oh, muchas gracias por el enlace, me ha alegrado saber que no soy la única a quien no le entusiasmó El secreto de Tartt. Estoy muy de acuerdo con todo lo que dice, sobre todo en lo de que los personajes van hablando y hablando, pero termina el libro y en realidad no sabes nada de ellos, que es un libro que no cuenta nada.

Aún así, he puesto en mi larga lista de libros por leer El jilguero. Tardaré aún en leerlo, pero lo leeré, porque soy así de curiosa y me gusta dar segundas oportunidades (y también criticar libros que gustan a todo el mundo, lo reconozco).

Saludos y feliz agosto!