jueves, 27 de febrero de 2014

'Escapada' de Alice Munro



Alice Munro es un valor seguro; nunca me decepciona. Yo creo que ya puedo decir que se ha ganado un puesto de honor en mi lista de escritores favoritos. El último libro suyo que he leído es 'Escapada' y se me hace algo difícil hablar de él sin repetir lo que ya he dicho de ella en anteriores ocasiones. Pero supongo que tampoco tiene tanta importancia porque una buena escritora como ella bien se merece que se canten sus alabanzas una y otra vez.

Dicho esto, creo que la mayor virtud de Munro es saber contar historias cotidianas de personajes cotidianos, historias que nos podrían haber pasado (o quizás, de hecho, ya nos han pasado) a ti y a mí, con una sensibilidad y una profundidad sin igual. Munro sabe ver y transmitir la gran importancia que hay en pequeños gestos y esperanzas que para la gente del alrededor pueden parecer intrascendentes pero que no lo son para los que los experimentan. Munro tiene una delicadeza incomparable a la hora de profundizar en los secretos y sentimientos que nosotros muchas veces no nos atrevemos a poner en palabras. Munro es sutil y melancólica; única.

El cuento que da título a esta recopilación es sobre una mujer cuya relación con su marido se ha ido deteriorando hasta el punto que le parece que la única solución posible es huir. Luego hay tres cuentos protagonizados por la misma mujer en diferentes momentos de su vida: cuando acepta su primer trabajo de profesora de lenguas clásicas, en la última visita a casa de sus padres con su hija acabada de nacer, y cuando su hija ya mayor desaparece sin ninguna explicación. Éste último es uno de mis preferidos; la protagonista, mientras intenta ir haciendo su vida, no hace nada más que esperar noticias de su hija y Munro describe a la perfección el proceso por el que el dolor de una espera llena de desesperación se va convirtiendo en un sufrimiento igual de constante pero menos punzante, algo más tranquilo.

El último relato, 'Poderes', es el más largo y abarca toda una vida, aunque sólo describa unos pocos episodios concretos y esté lleno de elipsis que los lectores tenemos que rellenar, pero quizás, como le pasa a la protagonista, habrá cosas de las que nunca podremos saber la verdad, lo que realmente pasó. Es interesante porque mezcla el diario personal de la protagonista, cartas y una narración en tercera persona más tradicional. Pero acaba siendo magnífico porque es una reflexión de las historias (o mentiras) que nos contamos a nosotros mismos, de las vidas ajenas que nunca podremos entender del todo por más que amemos a esa otra persona.


Todos estos relatos de Munro tienen un punto inquietante, pero el que más es 'Deudas', en que una niña solitaria que se hace la típica pregunta “¿Seré adoptada?” acaba encontrando una respuesta nada típica. Pero quizás, ahora mismo, mi más favorito de todos haya sido 'Desencuentro', que también habla de una espera. La protagonista es una enfermera que lleva una vida rutinaria dedicada a cuidar de su hermana enferma (y bastante tiránica), pero aún así se las arregla para ir una vez al año a ver una obra de Shakespeare. En una de estas excursiones, un cúmulo de casualidades le llevan a conocer un hombre con el que se prometen que se esperarán. Pero las cosas no salen como estaba planeado y al final hay un giro rocambolesco que parece propio de un culebrón, pero Munro consigue hacerlo creíble y dejarnos con una desesperanza de lo más amarga.   


miércoles, 19 de febrero de 2014

'La mujer de púrpura' de Jeanette Winterson



No es que yo sea una experta en Jeanette Winterson. Hasta ahora sólo había leído dos de sus libros. Pero dos libros sobran y bastan para darse cuenta que tiene un estilo muy particular, que se caracteriza por un romanticismo exacerbado y un lenguaje poético llevado casi  hasta la exasperación. Es un estilo que te puede gustar más o menos, pero no se puede negar que es propio. Sin embargo, en 'La mujer de púrpura' prácticamente no hay nada de esto. Es un libro que podría haberlo escrito cualquiera, de tan impersonal que es. No consigo explicármelo. 

'La mujer de púrpura' parte de un hecho real, un juicio a unas mujeres acusadas de brujería, y, aunque haya algunas características formales típicas de Jeanette Winterson, como cierta lectura feminista, personajes bisexuales, un par de historias de amor fou, y una estructura que recuerda los cuentos tradicionales, es sólo fachada. Es como un libro sin alma. De hecho, a veces incluso me da la sensación que está escrito con desgana, como si Winterson quisiera terminarlo lo antes posible y pasar a otra cosa. 

A parte de la ya algo típica idea de relacionar acusaciones de brujería con sexismo, tengo que reconocer que me ha sorprendido gratamente la forma en que la novela interelaciona brujería y pobreza y miseria. Es realmente interesante, lástima que Winterson opte por contar una historia de terror gótico en la que se enfrentan una bruja buena y unas brujas malas, de modo que todas estas lecturas críticas se diluyen en una historia impersonal con personajes unidimensionales y una forma de narrar la acción bastante torpe y atolondrada.  


jueves, 13 de febrero de 2014

'La impaciencia del corazón" de Stefan Zweig



Hasta ahora Stefan Zweig no habíamos conseguido conectar, pero me dije que le debía otra oportunidad, que quizás no acabábamos de congeniar bien porque siempre leía novelitas cortas suyas y que quizás con una novela larga, donde él pudiera explayarse, la cosa iría mejor. Pero lo cierto es que ha ido igual. ¿Verdad que todos hemos encontrado escritores que no nos parecen malos, pero que sin embargo no nos llegan? Pues a mí me pasa esto con Zweig. Soy consciente que es un escritor bastante popular, o como mínimo con una legión más que notable de fieles seguidores, pero yo no le encuentro la gracia, no consigue emocionarme ni una pizca: me parece demasiado frío y académico.

Me dije que estaría bien probar con 'La impaciencia del corazón', porque el título me parecía bonito y porque, en una novela larga, Zweig tendría páginas para explayarse. Pero lo que ha ocurrido es que me ha parecido que uno de los mayores problemas de la novela en cuestión era precisamente que Zweig se explayaba demasiado. Quiero decir que tiene la manía de describir hasta el detalle más insignificante, cada sensación, cada pensamiento, cada reacción, cada gesto de los personajes, como si no pudiéramos imaginarlo, como si no supiéramos qué son cosas tan corrientes como la vergüenza, la vanidad o el orgullo, con lo cual me acaba resultando bastante cansino, no hasta el punto de hacerme perder la paciencia, pero sí hasta el punto de poner los ojos en blanco cada vez que empieza una de sus descripciones kilométricas (algo que pasa cada dos por tres).

Con esta afición por la hiperdescripción súper exhaustiva, Zweig no deja absolutamente nada a la imaginación. Es como si me lo pusiera todo demasiado fácil como lectora. Y a la vez tanto detallismo acaba entorpeciendo hasta anularla la verdadera emoción que podría desprender una historia como la de la novela. Claro, con tanta descripción minuciosa, por fuerza Zweig hace un buen retrato de la psicología de los protagonistas. Pero lo malo es que estos personajes no evolucionan, no pueden, no tienen espacio para hacerlo. De modo que, cuando terminan las más de 400 páginas, estos son iguales que al principio, lo que a mí me parece un poco un timo.

Además, no hay absolutamente ninguna sorpresa en 'La impaciencia del corazón'. La historia podría haberse contado perfectamente en la mitad de páginas, pero se estira y se estira, es repetitiva y no avanza ni a trompicones. Además, Zweig es un tipo tan serio. No hay ni pizca de humor. Y (aunque el narrador sea en primera persona) lo escribe todo desde una distancia desafectada, desde un objetivismo funcional, que hace imposible que me emocione ni una pizca. Y lo que yo busco cuando leo es principalmente emocionarme.


Y a pesar de todo lo que he dicho, la novela no es mala. Es sólo que no es mi tipo.  


jueves, 6 de febrero de 2014

'Purga' de Sofi Oksanen



Aliide y Zara son las dos protagonistas de 'Purga' de Sofi Oksanen, una novela escrita en finés y ambientada principalmente en Estonia. Es la historia de supervivencia de dos mujeres y también la historia de la miseria en dos países, Estonia y la Unión Soviética: el primero asolado por la segunda guerra mundial y las consiguientes ocupaciones militares y el segundo que no ofrece ninguna  oportunidad de mejora (económica) a las personas de origen humilde. Es una novela dura, muy dura, que habla de la barbarie que implica las ocupaciones militares y también la explotación sexual, y las relaciona de una forma incómoda pero veraz. 

Aliide es una mujer ya anciana que vive en una zona rural y lleva una vida más o menos tranquila y monótona ocupándose de las tareas de la casa. Y Zara es la joven que una mañana se encuentra en su patio, muerta de frío y de miedo. La novela de buen principio insinúa que el encuentro no es casual, que estas dos mujeres están ligadas por un pasado común, pero la gran habilidad de Sofi Oksanen es la de estirar y mantener el suspense, ir dosificando la información en cuentagotas, atraparnos en esta historia angustiosa con el deseo de saber más, dominando con maestría la intriga. 

La gran crítica que le hago a 'Purga' es que en un par de ocasiones se dedica a retratar con detalle escabroso abusos sexuales. Es una cuestión muy personal, pero siempre encuentro estas descripciones problemáticas, por la posibilidad de que puedan provocar el efecto contrario al que se proponen, porque es algo demasiado íntimo y doloroso como para contarse alegremente en forma de ficción. Prefiero los momentos en que Sofi Oksanen nos cuenta estos abusos de forma simbólica, sin detalles físicos, sólo centrándose en las sensaciones, porque me parece que así es mucho más eficaz, por no mencionar literario.   

'Purga' no deja de ser una intriga psicológica y, como buena intriga psicológica, los personajes son complejos y ambiguos (sobre todo Aliide, evidentemente) y la autora no se dedica a perder ni un segundo en juzgarlos. Y encima despliega toda una serie de imágenes recurrentes de lo más evocadoras; y es que es una obra con una fuerza simbólica notable. ¿Y ya he mencionado lo bien que dosifica el suspense, no? Y sí, es una obra dura, muy dura, pero que vale mucho la pena leer.