lunes, 30 de noviembre de 2009

'Narraciones' de Franz Kafka



Las narraciones de Franz Kafka me gustan más que sus novelas, pero no tanto como sus diarios, cartas y escritos personales. Kafka es uno de mis escritores favoritos, uno con los que tengo una relación más especial e íntima, y también es uno de los que más me cuesta hablar. Cuando me siento a escribir una reseña sobre Kafka no sé nunca qué decir (y siempre acabo diciendo que no sé qué decir). Kafka se tiene que leer. Al explicarlo se pierde toda la magia y toda la fuerza. Pongamos como ejemplo el relato 'Ante la ley'. Va de un hombre que quiere presentarse ante la ley para reclamar justicia (nunca se nos dice qué exactamente). Ante la puerta hay un guardián que le impide el paso. Le dice que espere y el hombre espera y espera. Pasan los años y al fin muere. Antes de morir le pregunta al guardián por qué durante todo este tiempo nadie más se ha presentado y el guardián le dice que es porque esa puerta era sólo para él y que ahora la cerrará. Y está claro que este relato quiere decir lo que dice y mucho más, que es una alegoría de algo mucho más grande pero no sabemos exactamente qué e intentar explicar en voz alta lo que quizás quiere decir sería simplificarlo, porque nunca podremos abarcar todas las interpretaciones y toda la complejidad que reside en la simplicidad de las narraciones de Kafka. No me parece que sea justo soltar unos cuantos adjetivos (incluyendo kafkiano) intentando explicar cómo es Kafka y quedarme tan ancha, porque ni todos los adjetivos del mundo podrán describir lo especial para mí que es Franz.

La edición que he leído esta vez de las narraciones de Kafka no son las narraciones completas, sino las narraciones que Kafka publicó en vida o autorizó publicar (y salvar de la quema): el librito 'Contemplación', el relato 'La Condena', 'La Metamorfosis', 'En la colonia penitenciaria' y las colecciones 'Un médico rural' y 'Un artista del hambre'. La más floja es 'Contemplación', los relatos son algo torpes y blandengues, parecen más probaturas que otra cosa; de hecho Kafka le dijo su amigo Max Brod que no era necesario que quemara todos los ejemplares existentes porque sería demasiado trabajo (¡menos mal!), pero le pidió que no se reeditara nunca. Y dejando a parte el clásico de 'La Metamorfosis', mi favorito es 'Un médico rural'. Es el Kafka más angustiante y más desconcertante. Pura pesadilla. Y aún así nunca deja de tener cierto sentido del humor, incluso en los momentos más grotescos (especialmente en los momentos más grotescos). Creo que habla de relaciones de poder y sumisión y como estas relaciones envilecen tanto al sometido como al que somete. Sus relatos son secos y austeros, pero a la vez tan ricos.

Adoro también 'La condena', me parece una Metamorfosis en miniatura. Empieza como una narración más bien realista y costumbrista sobre las dificultades de escribir una carta y luego da un giro inesperado y magnífico y se convierte en un juicio en el que padre e hijo se acusan, nunca sabemos de qué, pero no importa. Lo que importa es la condena y como el hijo la asume sin protestar. También me encanta 'Un artista del hambre'. Sus cuentos, aunque no lo parezca, hablan de arte, literatura, márketing y del escritor como inadaptado social rechazado por intentar ser original y valiente. Creo. Quiero especialmente 'Una mujercita' sobre la relación de odio entre el narrador y una mujer que apenas le conoce. Kafka se adentra de manera brillante en la psicología de estos dos personajes, de una manera tan detallista y tan certera que produce vértigo. Creo que la grandeza de Kafka está en que habla de cosas universales desde un punto de vista personal, habla de la angustia que produce estar viva y ser un simple engranaje de algo mayor que no te tiene en cuenta, del dolor particular de todos y cada uno de nosotros porque todos y cada uno de nosotros está sometido a una serie de circunstancias y es víctima de cosas que no puede controlar.

Pero no olvidéis que he vuelto a fracasar porque Kafka es mucho más de lo que se puede decir sobre él.

martes, 24 de noviembre de 2009

Teaser Tuesday: 'Una sonrisa, por favor'

Teaser Tuesdays is a weekly bookish meme, hosted by MizB of Should Be Reading. Anyone can play along! Just do the following:

  • Grab your current read
  • Open to a random page
  • Share two (2) “teaser” sentences from somewhere on that page
  • BE CAREFUL NOT TO INCLUDE SPOILERS! (make sure that what you share doesn’t give too much away! You don’t want to ruin the book for others!)
  • Share the title & author, too, so that other TT participants can add the book to their TBR Lists if they like your teasers!




"Gussie, como yo, tenía el cabello rubio y liso, y los ojos también se parecían a los míos, solo que los suyos eran negros. Quiso hacerse amiga mía, acaso con la idea de que los marginados debían unirse, pero yo prefería marginarme sola y no quería saber nada de ella, aunque me producía un placer malsano intentar superarla en desaliño. Me soltaba el lazo y llegaba a casa con el cabello alborotado sobre la cara y los dedos manchados de tinta. Si el lunes me ponía un vestido limpio, el martes lo tenía arrugado y lleno de lamparones. La verdad es que lo pasaba muy mal, pero mi orgullo me desafiaba a presentar un aspecto peor cada día. Pese a todo, cuando llegaba a casa me adecentaba un poco antes de que me viese mi madre. Le tenía mucho miedo." (p.11)

'Una sonrisa, por favor' de Jean Rhys
(traducción:
Catalina Martínez Muñoz)


'El caballo amarillo. Diario de un terrorista ruso' de Boris Savinkov


“No me asusta morir. Ya conozco la sentencia que me espera, pero no me importa. Yo soy Boris Savinkov, el que siempre jugó a ambos lados de la barrera; Boris Savinkov, revolucionario y amigo de revolucionarios, juzgado ahora por vuestro tribunal revolucionario”



Éstas son palabras que el propio Savinkov utilizó para definirse en el discurso en su propia defensa que le permitieron hacer cuando fue juzgado por un tribunal revolucionario. Y ciertamente dan una idea que debe ser bastante aproximada sobre cómo fue su vida. Boris Savinkov, hijo de familia acomodada pero ya con ideas algo revolucionarias, tuvo una vida de película, con romances y aventuras incluidos: expulsado ya de la universidad por revolucionario, huyó a Ginebra donde entró en contacto con un montón de revolucionarios rusos, volvió a Russia y cometió varios atentados terroristas, la policía lo cogió y lo condenaron a muerte pero escapó, se fue a Francia, se hizo amigo de Picasso, Modigliani y Apollinaire entre otros, participó en la primera guerra mundial, después de la revolución rusa volvió a su país y acabó siendo ministro de la guerra, pero las cosas se torcieron y fue destituido y expulsado del partido, así que se pasó a la oposición armada y colaboró con el ejército blanco, finalmente lo cogieron, lo juzgaron y lo condenaron otra vez a muerte, pero le conmutaron la pena por diez años en prisión, aunque no cumplió ni un año porque murió tras caer por la ventana, aunque nunca se ha sabido si fue un suicidio o un asesinato.


‘El caballo amarillo. Diario de un terrorista ruso’ es una novela con toques autobiográficos y escrita en forma de diario. El protagonista es un terrorista ruso (obviamente) que se mueve con un pasaporte falso a nombre de George O’Brien. El libro narra los intentos de asesinar el gobernador general de Moscú por parte de una célula terrorista encabezada por George. George dice estar enamorado de Yelena, una mujer casada, pero se acuesta con Erna, una terrorista encargada de fabricar las bombas. George es un personaje que se incluye en la larga lista de antihéroes rusos, formada por nombres tan ilustres como el Raskolnikov de ‘Crimen y castigo’, el Eugene Oneguin, el héroe de nuestro tiempo de Lérmontov, etc. Como estos, George es amoral, cínico y nihilista; en otras palabras, fascinante. A pesar de ser prácticamente una novela autobiográfica (Savinkov realmente participó en el atentado que costó la vida al gobernador general de Moscú), George no nos es presentado como un héroe, ni tampoco se intenta ennoblecer o excusar sus defectos, George es tan real que no importa que no tengas nada en común con él, porque a pesar de todo te acaba fascinando.


Sin embargo, a quién más se parece George, por más que cite el libro del Apocalipsis, no es ningún antihéroe ruso, sino ‘El extranjero’ de Albert Camus. George parece ser capaz de sentir sólo dos emociones: por un lado odio por el gobernador general de Moscú y deseos de matarlo, y por otro lado obsesión por Yelena (no diría nunca amor, porque sé que tan pronto como George la consiga para él solo se aburrirá de ella y no volverá a sentir nada más que tedio). Pero esto es sólo cuando tiene suerte, la mayor parte del tiempo no siente nada. George comprende como nadie el vacío de la existencia, lo fútil que es cualquier acción, lo monótona que es la existencia. De todo esto habla el libro. Es por esto que a mí me ha parecido tan perfecto, con una sobriedad y una sequedad perfectas.


martes, 17 de noviembre de 2009

'Thérèse Raquin' de Émile Zola


¿Otra novela decimonónica sobre una mujer insatisfecha que comete adulterio? Sí, otra novela decimonónica sobre una mujer insatisfecha que comete adulterio, porque nunca habrá demasiadas. Ha sido mi primer Zola. Ha sido tan tremendista como me esperaba. Pero en el buen sentido. Es una novela melodramática, con una cantidad considerable de escenas llenas de patetismo, y una nada despreciable dosis de fatalismo; pero son precisamente todas estas calidades tan pasadas de moda las que otorgan intensidad a la obra, te atrapan y te arrastran con ella. Es una obra que es producto de su tiempo. Y este es su mayor defecto y su mayor virtud. Esto no quiere decir que no sea disfrutable, porque se disfruta si una está dispuesta a disfrutarla como ejemplo perfecto de una época concreta de la historia de la literatura. Pero tampoco quiero decir que sea una pieza de museo apta sólo para gourmets. Yo la he disfrutado desde la distancia, riéndome con cariño de los esfuerzos del joven Émile para revolverse en el fango y escandalizar a la sociedad bienpensante de la época.

Lo que más me ha gustado de la novela es que los dos amantes no se arrepientan nunca (gracias a lo cual el moralismo implícito queda reducido a un mínimo); que los dos amantes son seres despreciables pero los secundarios son tan egoístas y mezquinos que tampoco se quedan cortos; y que es una novela en que los hechos no precipitan los cambios en los personajes sino que es la evolución psicológica de los dos protagonistas la que precipita los hechos y el trágico y peripatético final. En este sentido, es lo que yo llamo una novela "introvertida", porque lo importante no son los hechos externos sino lo que pasa dentro de los personajes. Esto quiere decir descripciones largas y exhaustivas de los más nimios sentimientos y sensaciones de los dos amantes protagonistas. Buena novela, pero es tan artificial que nunca te puedes olvidar de que es sólo una novela, casi puedes imaginarte al joven Zola en una buhardilla mal ventilada y poco iluminada escribiendo en papel de mala calidad con los dedos manchados de tinta.

lunes, 9 de noviembre de 2009

'El desierto de los tártaros' de Dino Buzzati



Se ha comparado 'El desierto de los tártaros' de Dino Buzzati a Kafka y a Beckett, pero la verdad es que no tiene ni el sentido del humor ni el ingenio verbal de Beckett ni la angustia y el aire a pesadilla hilarante de Kafka. También he visto que se comparaba con 'La montaña mágica' pero tampoco tiene la riqueza y el peso (literal y figurado) de esta novela de Thomas Mann. Me cuesta entender por qué parece tener tanta popularidad. El protagonista de 'El desierto de los tártaros' es Giovanni Drogo, un joven oficial que es destinado a la fortaleza Bastiani, perdida en medio de ninguna parte y que tiene la misión de salvaguardar la frontera con un desierto a través del cual nunca ha llegado ningún asomo de amenaza. Giovanni al principio se quiere quedar por sólo cuatro meses, pero las cosas se complican y se quedará allí esperando algo que nunca va a llegar.

Se nota que a Buzzati, al escribir esta novela, no le interesaba ni el estilo ni los personajes, sino los hechos que quieren transmitir cierto mensaje existencialista. El estilo es parco y árido, mientras que los personajes son meras fichas al servicio de una historia. Los personajes nos son descritos de una forma superficial, por eso prácticamente no pude empatizar con ninguno, a excepción de contadas ocasiones, como cuando describe la soledad que siente Drogo al llegar a la fortaleza y la sensación de desarraigo cuando está de permiso en su antiguo pueblo. Pero estos breves flashes de buen oficio son demasiado escasos. Lo que importa en esta novela es la trama, que no es nada más que una alegoría pesimista del vacío de la existencia. El problema es que es tan poco sutil, la metáfora es tan obvia y toda la historia tan previsible, que servidora no pudo evitar tener la sensación de que un profe muy aburrido le estaba explicando una lección que ya se sabía de memoria. Tuve que esforzarme y obligarme a terminarla. No dejo de tener la sensación que esta historia, contada de esta forma, sólo daba, como mucho, para un relato.

viernes, 6 de noviembre de 2009

'Anna Édes' de Dezsö Kosztolányi


'Anna Édes' de Dezsö Kosztolányi sucede en Budapest el 1919, justo después de la caída del régimen comunista y la temporal invasión de las tropas rumanas. Ahora que la sociedad de clases ha sido restablecida por completo y todas las cosas vuelven a estar en orden, Kornel Vizy, burgués y alto funcionario del gobierno, y su mujer, Angéla, pueden respiran aliviados. El señor Vizy decide que es momento de perseguir un ascenso que hace tiempo que se le niega, mientras que la señora Vizy decide que es momento de cambiar de criada. El problema es que parece que la señora Vizy tiene siempre mala suerte con el servicio: la sirvienta que no es una ladrona es una vaga, y la que no es vaga es un pendón, y la que no es un pendón es una cerda. La señora Vizy nunca ha sido capaz de conservar la misma criada más de seis meses seguidos, hasta que conoce Anna Édes, una joven que viene del campo y que parece ser la criada perfecta: limpia con una rapidez y una eficacia asombrosas, cocina bien y come como un pajarito, es dócil y pacífica, aprende rápido, no se queja nunca, no sale nunca y no aspira a nada.

Los Vizy prosperan y todos los amigos y vecinos los envidian, pero lo que les envidian más es su criada. ¿Pero quién es realmente Anna Édes? ¿Qué quiere? Anna Édes no se gasta ni un céntimo de los que gana, los guarda todos en el banco. ¿Qué es lo que gusta a Anna Édes? Parece que solamente le guste trabajar. No hace absolutamente nada más. Acostumbrada a convivir con la señora Vizy, va cogiendo los tics y manías de esta. Parece que nada le afecte, que nada le importe. Anna Édes es el personaje más alienado que he conocido en toda mi vida de lectora. Es escalofríante. Y al final sucede una tragedia y yo no me la esperaba para nada, pero cuando una ha terminado el libro se da cuenta que realmente no podía haber sucedido nada más. La progresión hacia el clímax abrupto y el final desasosegante es perfecta. Está escrita que es una delicia. Me encanta.

'Anna Édes' es una novela más realista que las novelas realistas. Bueno, es que yo tengo la teoría que el realismo no es una reacción contra el romanticismo sino una evolución lógica y que, por tanto, todo el realismo decimonónico contiene elementos románticos. Pero ahora no es el momento de hablar de esto. 'Anna Édes' describe una ciudad, Budapest, y los dos mundos opuestos que hay en ella: el mundo burgués y el mundo de los trabajadores. 'Anna Édes' muestra las reminiscencias feudales que se pueden encontrar entre las relaciones entre amos y criados. Es una obra con sentido del humor, pero crítica y muy dura. Durísima. Pero creo que una lectura exclusivamente marxista de esta obra sería hacerle una injusticia. En el fondo no habla de clases sociales sino de personas. Habla de injusticias, pero no hay ni buenos ni malos. Para mí, habla sobretodo de alienación. Es muy dura. El final me ha dejado con una sensación rara en el estómago, pero es por esto que me ha gustado tanto.