viernes, 31 de octubre de 2008

'Ruido de fondo' de Don DeLillo


Este año leí mi primer DeLillo y no me convenció. Se trataba de 'Body Art'. Pero había en él cierto potencial que sí que me convenció. Y sabía que tarde o temprano volvería a leer a DeLillo. E incluso intuía que esta nueva vez me gustaría. Ahora que me ha gustado, ahora que he conocido la vocación ensayística de DeLillo y entendido su sentido del humor, quizás me gustaría 'Body Art'. O quizás no, porque no deja de ser citada como una obra "prescindible". Ahora que he leído 'Ruido de fondo' ya puedo decir que DeLillo me gusta. Incluso podría decir que lo quiero. Si hay escritores con los que te gustaría casarte, escritores de los que te gustaría ser amiga para toda la vida, escritores que te gustaría que hubieran sido profes tuyos, a mí me gustaría ir al supermercado con Don DeLillo.

'Ruido de fondo' es una novela sobre estudios culturales y miedo a la muerte. Y es una comedia. Una comedia inteligente y sin estridencias que fluye de manera impecable. También tiene alma de ensayo. Y es la mezcla más equilibrada y perfecta entre novela y ensayo que he leído nunca (mucho más que los existencialistas franceses, dónde va a parar). Jack Gladney es un profesor universitario de mediana edad. Es el mayor y más reputado experto en estudios hitlerianos (aunque no sabe hablar alemán). Vive en una casa idílica con su mujer, sus hijos de anteriores matrimonios (tanto de él como de ella), y la televisión y la radio, que son como un miembro más de la familia que prácticamente interviene también en las conversaciones familiares. Es una novela en la que prácticamente no pasa nada. Pero está tan bien escrita que todas y cada una de las frases se leen con extremo placer. Y, como no pasa nada y está tan bien escrita, es perfecta para releer (y saborear) fragmentos al azar. Y encima es divertidísima. Es una mirada irónica a nuestra obsesión por ser espectadores de catástrofes (sean televisadas o en directo), una sátira de como la cultura popular ha creado un imaginario colectivo que modifica la percepción que tenemos de nuestras experiencias personales, una parodia tanto del idílico consumismo de los suburbios como una parodia de una parodia del idílico consumismo de los suburbios, una disección humorística de la desinformación que reina en la sociedad de la información (no hay nada que no se haya dicho el otro día por la televisión), etc.

En esta novela hay un departamento de estudios culturales que se dedica a estudiar las etiquetas de los cereales, muchas visitas al supermercado, una oda a las marcas blancas, un escape de un misterioso gas tóxico a la atmosfera, un medicamiento experimental que cura el miedo a la muerte, un seminario de accidentes de coche, rumores de avistamientos de ovnis y profecías varias, puestas de sol perfectas por culpa de la contaminación ambiental, un equipo de simulacros de accidente que aprovecha una catástrofe real para ensayar un simulacro, un adolescente que quiere entrar en el libro de los récords encerrándose en una jaula llena de serpientes, una pareja de ancianos que se pierde durante días en las inmediaciones de un centro comercial, unas monjas alemanas que sólo fingen tener fe para que los que no tienen fe no la pierdan, una niña que dormida recita los modelos de Toyota como un mantra, etc. Es una novela ligeramente apocalíptica como ligeramente apocalíptico es el mundo en que vivimos. El ruido de fondo es la información que nos llega constantemente a través de los medios de comunicación pero también los rumores que nos llegan a traves del boca-oreja, una información que (en ambos casos) la mayor parte de las veces no tiene fundamento. Pero el ruido de fondo es también la muerte que por más que intentemos ignorarla está siempre ahí, en el fondo. Creo que no he leído nunca un libro que describa (e intente explicar) mejor el mundo en el que vivo (aunque ya hace más de 20 años que fue escrita). Es genial. Es divertida e inteligente. No le puedo pedir nada más.

Panasonic.

Unos cuantos fragmentos de 'Ruido de fondo' en inglés (por lo tanto, de 'White noise') escogidos al azar para intentar transmitir la sensación que podría tener alguien que lo ojeara en una librería.

jueves, 30 de octubre de 2008

A voice from the subconscious: Toyota Corola


Creo que quiero a los redactores de The Onion. Al menos a uno de ellos. Porque está claro que al menos uno de ellos es un lector empedernido y sabe un rato de literatura. De vez en cuando salen parodias de noticias literarias y me hacen muy feliz. La última que he encontrado es el (supuesto) blog de Don DeLillo (Master of Postmodern Literature) sobre las elecciones en EEUU. Y la parodia de su estilo está tan bien conseguida que por un momento dudé de si era él o no. Aún ahora si me dijeran que es el mismo Don DeLillo quién está parodiando su estilo me lo creería.

We've witnessed these spectacles every fourth September, every four years. The volunteers stand handshake-dazed near their supervisors, seeing images of themselves in every direction. Staffers greet each other with comic cries and gestures of sodden collapse. In Denver there were vendors nearby when we ate breakfast. Stretch limos outfitted with powerful communications technology stalled in murderous crosstown traffic. Helicopters shine searchlights down at the buildings, the crowd. Chanted rhymes emerge like a collective tribal memory. Allegations are advanced concerning faked pregnancies. "This is one of those moments." There is a meet-and-greet with the guy from the Doobie Brothers.

A voice from the subconscious: Toyota Corola.

Here in Minneapolis, a woman with a clipboard, frazzled, efficient. She reads from a printout to a group of staffers a change in schedule from the coordinating committee: the station wagons arrive at noon. In the Free Speech Zone, a man dangles from a wire, the famous performance artist from New York. Everywhere, security: badges, metal detectors, small plastic cards with magnetic stripes. Police, silent in riot gear, truncheons like humming, efficient software. Someone says: "So she was technically never the actual Miss Alaska?"


Sólo tendrá gracia para los que han leído Don DeLillo. Pero os aseguró que es divertidísimo. Oh, es que me encanta la sátira que gastan los de The Onion: una sátira inteligente y nunca gratuita, a veces incluso respetuosa, o como mínimo, "de buen rollo".

(Quizás cuando haga la reseña del libro de DeLillo que estoy terminando, copie una cita de sus propias palabras y no una cita de una parodia de sus palabras hecha por otra persona. O quizás no.)

The Onion, junto con Cracked, es mi página de humor favorita. Si no existieran tendrían que inventarse.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Reading Update

Tengo cuatro libros empezados:

- 'Ruido de fondo' de Don DeLillo (374 páginas de 431)
- 'Sixty Stories' de Donald Barthelme (169 de 464)
- 'Cuentos completos' de Flannery O'Connor (108 de 839)
- 'Entrevistas breves con hombres repulsivos' de David Foster Wallace (120 de 403) (relectura)

Obviamente sólo hay uno que tenga posibilidades de ser terminado en un futuro cercano. Aún así ya tengo demasiados libros en lista de espera que reclaman urgentemente que los lea:

- 'Corto viaje sentimental' de Italo Svevo
- 'Zona fría' de Jonathan Franzen
- 'Alves y compañía' de Jose Maria Eça de Queirós
- 'El beso de la mujer araña' de Manuel Puig
- 'La contravida' de Philip Roth
- 'In the heart of the heart of the country' de William H. Gass

Me gustaría empezarlos todos ya, pero tengo que refrenarme. Es algo frustrante. Y tal.

'Ruido de fondo' es ya de mis libros favoritos. Más detalles cuando lo termine. Los cuentos de Donald Bartheme me hacen disfrutar como una enana. ¿Quién se hubiera imaginado que a mí me gustarían tanto unos cuentos tan experimentalistas y formalistas? Pero es que son tan divertidos. Son una delícia. Cuesta de creer que haya existido un escritor tan personal, original y divertido, y generoso, como Donald Barthelme. Y David Foster Wallace sigue siendo tan genial como la primera vez.

Con los cuentos de Flannery O'Connor empecé con 'Un hombre bueno es difícil de encontrar', porque es el más famoso, y me dejó sorprendidísima. Nunca hubiera imaginado que lo que empieza como un cuento costumista de lo más divertido terminara de aquella forma tan brutal, con la irrupción de una violencia tan seca y expeditiva. Lo que me está sorprendiendo de Flannery O'Connor es que hemos leído muchas obras sobre el Sur de EEUU y el racismo, pero ninguna describía de verdad el odio, el desprecio y el mal rollo que había (¿hay?) en el Sur (y probablemente en otras partes, claro). Por el momento, el cuento que más me ha gustado es 'La cosecha'. Creo que ya es de mis favoritos. Que me identifique con la solterona cuarentona que se evade de la realidad escribiendo cuentos sensacionalistas supongo que ayuda. Es un cuento lleno de sarcasmo, pero también muy triste, y con una mezcla de ficción y realidad originalísima. Una delicia.

lunes, 27 de octubre de 2008

Para la isla desierta

Uno de mis mayores defectos es que tengo muy buenos propósitos, empiezo a cumplirlos pero pronto me canso y los abandono. Uno de mis últimos buenos propósitos ha sido etiquetar todos los libros que tengo entrados en Goodreads según la lengua en que estan escritos, el siglo en que fueron escritos, mi valoración y si el autor está vivo o muerto. Me quedé a la mitad. Supongo que algún día continuaré. Y quizás otro incluso lo terminaré. Aproveché para crear una nueva etiqueta que llamé para-la-isla-desierta, para incluir (como se puede adivinar fácilmente) aquellos libros que me llevaría a la isla desierta. Esto sí que lo terminé. Me salió una lista de 12, pero es que no la podía reducir más. No sé si son mis 12 libros favoritos, pero sí que son los libros que si viviéramos en el mundo de Fahrenheit intentaría preservar no porque fueran de especial valor para la humanidad y tal, sino porque serían los que más me apetecería releer eternamente. Sin más preámbulos:

01. 'Persuasión' de Jane Austen
02. 'Eugene Oneguin' de Alexander Pushkin
03. 'Narraciones Completas' de Dorothy Parker
04. 'Cartas a Felice' de Franz Kafka
05. 'Demonios' de Fiodor Dostoievski
06. 'La broma infinita' de David Foster Wallace
07. 'Lolita' de Vladimir Nabokov
08. 'La campana de crsital' de Sylvia Plath
09. 'La conciencia de Zeno' de Italo Svevo
10. 'Madame Bovary' de Gustave Flaubert
11. 'Adolphe' de Benjamin Constant
12. 'Viaje al fin de la noche' de Louis-Ferdinand Céline

domingo, 26 de octubre de 2008

HISTORIA RADICALMENTE CONCENTRADA DE LA ERA POSTINDUSTRIAL

Cuando fueron presentados, él hizo un comentario ingenioso porque quería caer bien. ella soltó una risotada estrepitosa porque quería caer bien. Luego los dos cogieron sus coches y se fueron solos a sus casas, mirando fijamente la carretera, con la misma mueca en la cara.

Al hombre que los había presentado no le caía demasiado bien ninguno de los dos, pero fingía que sí porque le preocupaba mucho tener buenas relaciones con todo el mundo. Después de todo, nunca se sabe, ¿verdad que no? ¿Verdad? ¿Verdad?


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Éste es el primer cuento del libro 'Entrevistas breves con hombres repulsivos' de David Foster Wallace. Me encanta. Con tan pocas palabras dice tanto. Y me encanta.

viernes, 24 de octubre de 2008

'La carretera' de Cormac McCarthy

Mi prueba del algodón para determinar si los libros que leo me parecen "buenos-buenos" o simplemente "buenos-aceptables" consiste en preguntarme, mientras estoy leyendo, si realmente estoy leyendo porque quiero leerlo, o si en realidad sólo lo estoy leyendo para terminarlo. Considero que un libro es realmente bueno si no quiero que se acabe. Así de sencillo. Con 'La carretera' pronto me di cuenta de que sólo lo estaba leyendo para terminarlo y poder pasar a otra cosa. No es ni mucho menos malo. Por ejemplo, ni una sola vez tuve la tentación de abandonarlo. Y esto en mi caso ya es mucho. Es un libro bueno, pero no me pareció en cualquier momento ni remotamente memorable. La historia de supervivencia en un mundo postapocalíptico ya se ha hecho antes centenares de veces. Y aunque en este caso al menos está bien escrita, no creo que aporte nada de nuevo. Después de tanto bombo y platillo, me sabió a poco. Esperaba más. Sí, es dura, seca, descarnada y no sé cuántos adjetivos más, pero ¿y qué? Para mí esto no es suficiente. Aunque es corta, se me hizo repetitiva porque es repetitiva. Creo que hubiera quedado mejor como relato corto. La supuesta dureza de la historia queda diluida en una extensión demasiado larga. Además, me pareció que no le sacaba todo el partido que había en la relación entre el hombre y el chico. Se me contó que los dos lo eran todo el uno para el otro, pero en realidad nunca lo sentí. En realidad durante todo el libro nunca sentí nada en especial. El final no fue tan duro como esperaba, pero me gustó que fuera lo suficientemente abierto y ambiguo. Si me lo preguntáis, yo creo que al niño se lo comen. O quizás es sólo porque alguna que otra vez durante la lectura realmente deseé que se lo comieran. Por plasta.

domingo, 12 de octubre de 2008

'En picado' de Nick Hornby

Soy una mujer de poca fe. Ya me pasó con 'Cómo ser buenos' y me ha vuelto a pasar con 'En picado'. Después de 'Alta fidelidad', cada vez que empiezo un nuevo libro de Nick Hornby, lo hago con la convicción de que no es posible que de una premisa así salga un buen libro. Estoy convencida que el libro va a descarrilar si no es por culpa del sentimentalismo nauseabundo será por culpa del sarcasmo nauseabundo. Pero no. Hornby siempre consigue quedarse en el punto justo entre humor y sentimiento. Y esto es algo realmente difícil, porque el punto de partida de 'En picado' es el encuentro en Nochevieja de cuatro posibles suicidas en una azotea que deciden volver a intentarlo y pactan no suicidarse como mínimo hasta San Valentín. Pero el pacto no es ni mucho menos perfecto, porque lo que hacen los cuatro siempre que se reúnen es empezar a discutirse, pelearse e insultarse. No tienen nada en común y no les sirve de mucho estar juntos pero a la vez quizás les sirve de algo. Sin embargo, no hay redención final ni epifanía final, por no haber no hay ni siquiera final, porque en la vida real no hay finales climáticos. Al terminar el libro los personajes están prácticamente tan deprimidos como al empezar, pero puede que ahora lo lleven mejor, porque quizás han entendido que vivir es ir buscando cosas que te distraigan de los pensamientos de tirarte de una azotea.

No os engañaré: 'En picado' no es ni mucho menos una novela tan redonda como 'Cómo ser buenos'. A veces me da la sensación que en lugar de centrarse en los personajes se pierde en la necesidad que siente de que sucedan cosas y a veces suceden cosas a las que cuesta encontrar la verosimilitud. Sin duda es mejor cuando se centra simplemente en los personajes que no en las cosas externas que les pasan. Entre los cuatro potenciales suicidas hay dos, Martin y Jess, que son autodestructivos y que la cagan constantemente sin que puedan evitarlo; mientras que los otros dos, Maureen y JJ, son apáticos e incapaces de hacer nada para intentar mejorar de alguna forma su vida. Para nada yo querría pasar yo más de cinco minutos con ninguno de los personajes (bueno, quizás a JJ lo toleraría, porque siempre podríamos hablar de libros o música), pero el libro consigue que los personajes vayan más allá del patrón arquetípico según el cual han sido cortados en un principio, consigue que los entiendas en su patetismo, en su histrionismo, en su humanidad, y así acaban siendo reales. Martin es como una parodia del hombre que pasa por la crisis de los cuarenta: se lió con una menor, pasó por la cárcel pero no sin conseguir un divorcio-exprés. Jess es una adolescente malhablada y maleducada que está como una puta cabra y que no tiene nada más que serrín en la cabeza. JJ es un pedante (y autocompasivo) músico cuyo grupo se disolvió y cuya novia le dejó. Y Maureen es la mejor. Maureen es el mejor personaje: es una mujer de 50 años católica que se ha pasado más de media vida cuidando sola de su hijo que es un vegetal. Y es que es el personaje que lo tiene más fácil para resultar unidimensional y tópico, pero resulta que acaba siendo el más tangible, el más bien construido, con el que es más fácil empatizar porque todos conocemos alguna Maureen. Y aunque no sea lo mejor de Nick Hornby, es puro Nick Hornby, con un perfecto equilibrio entre el sentido del humor y la ternura.

viernes, 10 de octubre de 2008

'Raise High the Roof Beam, Carpenters / Seymour: an Introduction' de J.D. Salinger

Siempre he querido ser una Glass. Siempre he querido ser uno de los hermanos Glass de las obras de J.D. Salinger. Es verdad que todos los hermanos Glass son unos niños prodigio egocéntricos, pedantes y repelentes, pero sería inútil negar que en realidad tengo más cosas en común con una familia así que con la mía propia. Si se tiene en cuenta que soy hija única de una familia trabajadora de clase baja para nada intelectual, se puede entender en parte mi fascinación por esta familia de ficción como una variación de la ecuación que establece que todos nos sentimos fascinados por aquello totalmente alejado de nosotros. En mi casa siempre ha habido libros, pero nunca los había leído de forma seria hasta que llegué yo. (Si os fijáis que para mí existe el concepto de "lectora seria" entenderéis por qué me sentiría tan bien entre los pedantes y repelentes hermanos Glass.) A mí me habría encantado tener un hermano mayor que me recomendara lecturas y otro hermano mayor al que pudiera leer en voz alta mis escritos. Cuando crecía siempre eché de menos tener a alguien con quien hablar de los libros que leía. Además, los niños Glass son como yo, niños que han leído demasiado y que, por tanto, viven en un mundo que no es el real. Los niños Glass son niños que, por más que crezcan, nunca se podrán adaptar al mundo. Son unos extraños. Unos bichos raros. Pero siempre les quedará el apartamento de sus padres en Nueva York, siempre les quedará el refugio de tenerse los unos a los otros. Pero, aunque sé que no es verdad, he leído sobre ellos y, por tanto, ya son también parte de mi familia (como lo son todos aquellos personajes de ficción que me han acompañado durante mi vida porque tenían dentro suyo una parte de mí), por tanto, no puedo ser objetiva con ninguna de las obras en las que aparezca alguno de los hermanos Glass.

'Raise High the Roof Beam, Carpenters / Seymour: an Introduction' es el último libro de los publicados por J.D. Salinger, hace más de cuarenta años. Se trata de dos relatos de unas 60 páginas cada uno. 'Raise High the Roof Beam, Carpenters' relata lo que le pasó a Buddy Glass el día de la boda de su hermano Seymour, como se encontró atrapado en un atasco dentro de una limusina con cuatro desconocidos, en plena ola de calor. Y aunque Seymour no aparece ni una sola vez y el narrador y protagonista en teoría es Buddy Glass, es un cuento que en realidad habla de Seymour y, a pesar de que es el hermano Glass por el que siento menos simpatía, con esta historia se ha ganado un poquito de ella, porque lo vemos, aunque sea a su manera, realmente enamorado de la chica con la que se acabó casando, pero también vemos lo desequilibrado y frágil que es y quizás podemos comprender un poco mejor cómo es que acabó suicidándose en el magnífico cuento 'Un día perfecto para el pez plátano'. 'Raise High the Roof Beam, Carpenters' me parece de lo mejor que ha escrito Salinger. Muy parecido en estilo e intención a 'Franny y Zooey' (que aún creo que es su mejor obra, la más redonda y perfecta). Es una anécdota trivial descrita con un estilo exquisito que presta una perfecta atención hasta los más mínimos detalles y gestos. Una historia banal contada con una sutil ironía y una dulce melancolía. Una narración sobre un hecho sin importancia que en realidad nos cuenta muchas cosas sobre como somos todos nosotros.

'Seymour: an Introduction' es más duro de roer, porque a mí me cuesta mucho de digerir la parte de la obra de Salinger que bebe de la filosofía oriental, pero estoy convencida que es un relato que gana con relecturas. Buddy Glass, ahora con cuarenta años, se dispone a redactar un ensayo sobre su hermano Seymour. Pero, aunque se trate de un ensayo sobre Seymour, Buddy acaba hablando de sí mismo (y en último término esto quiere decir que Salinger acaba hablando de sí mismo). Cuando es la hora de citar algunas de las palabras que escribió Seymour, Buddy se decide por las críticas que Seymour le hacía de sus escritos. Buddy, casi 20 años después, aún no ha superado el suicidio de Seymour, aún lo idolatra y no deja de recordar día tras día los momentos que pasaron juntos. Como en el mejor Salinger predominan la melancolía y la ironía. Es algo inevitable en Salinger. El relato es prácticamente una hagiografía de Seymour y esto me cansa, pero por otro lado el estilo digresivo del narrador, que se adentra en los caminos laberínticos de la autoconciencia, me parece un gran logro y me encanta seguir enterándome de nuevas anécdotas sobre los niños Glass, porque las colecciono con devoción.

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Enlaces:

- En español: A parte de 'Un día perfecto para el pez plátano', también está 'Justo antes de la guerra con los esquimales' (que puede que sea mi favorito de los 'Nueve Cuentos' de Salinger). Pero también me encanta 'Para Esmé, con amor y sordidez'.

- En inglés: Prácticamente todo el Salinger publicado está aquí, incluyendo los relatos que sólo fueron publicados en diarios y revistas y no se pueden encontrar en ningún libro, relatos que tendré que empezar a leer. Oh, Internet, te quiero por ponerme al alcance de la mano cosas como ésta que antes de ti hubieran sido imposibles de conseguir.

jueves, 9 de octubre de 2008

I always wanted to be a Tenenbaum...

En el diccionario, en la definición de "adorable" tendría que haber esta canción y este vídeo:



Añoro tanto a los Tenenbaums. He perdido tanto tiempo deseando una segunda parte que nunca existirá.

martes, 7 de octubre de 2008

Esto es lo que me trajo ayer el cartero a mi casa...



'Sixty stories' de Donald Barthelme (1). Hace dos semanas ni siquiera había oído hablar nunca de Donald Barthelme. No voy a negar que me decidí a conocerlo porque David Foster Wallace en una entrevista lo citó como una de sus mayores influencias. Y a día de hoy ya lo quiero. Y sólo me hicieron falta tres cuentos para quererlo (2).

a) 'Some of us had been threatening our friend Colby': La cosa es muy simple. Colby se ha pasado de la raya con sus amigos. Así que estos deciden colgarlo. Colby acepta porque reconoce que se ha pasado de la raya. Pero organizar un ahorcamiento no es tan fácil. Se tienen que tener en cuenta un montón de cosas: la localización, las invitaciones, la música, los refrigerios, el transporte, etc. Al fin y al cabo, Colby es su amigo y quieren que tenga un buen ahorcamiento. Un cuento delicioso. Una parodia divertidísima de las convenciones sociales.

b) 'The Rise of Capitalism': Aquí es donde una empieza a darse cuenta que en los cuentos de Barthelme la trama no importa, porque este cuento no tiene ni pies ni cabeza, y no me importa, porque me parece divertidísimo. Son sólo una serie de viñetas que forman un collage y no tengo ni idea de qué va, pero creo que es una parodia tanto del capitalismo como del anti-capitalismo. Lo que sí sé por seguro es que es genial.

c) 'Me and Miss Mandible': Este cuento es tan bueno que creo que este cuento ya está entre mis favoritos (3). Un hombre de 35 años un buen día, sin ninguna explicación, se encuentra en el pupitre de un niño de 11 años. Él sigue teniendo el cuerpo de un hombre de 35 años (el pupitre se le queda pequeño) pero nadie parece darse cuenta de este detalle. Se ve dividido entre el deseo que le inspira su profe (Miss Mandible) y las atenciones que le presta una compañera de 11 años que para llamar su atención se dedica a darle patadas en la espinilla, cosa que le recuerda terriblemente a la actitud de su mujer en su vida anterior. Es un cuento deliciosamente evocador y muy divertido pero a la vez melancólico y de una riqueza envidiable. Está escrito en forma de diario y básicamente trata de las expectativas que terceros ponen en nosotros, de como nuestro camino ya viene trazado y no sirve de nada intentar desviarse, en último término, de la futilidad y la absurdidad de la vida.



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(1) También me llegó 'Omensetter's Luck' de William H. Gass. La culpa de que lo haya comprado también es de DFW. Muchos lo han citado como predecesor. Es un libro tan chungo de encontrar que tuve que la única copia que encontré fue una de segunda mano. Concretamente ha salido de una biblioteca: tiene los sellos, el número de registro e incluso la identificación en el lomo. Y sólo por esto ya le tengo cariño. No hay nada como un libro con historia. Otra cosa será que lo lea. Porque realmente debe ser chungo de leer. Y, bueno, esto es sólo el principio de la fiebre consumista que me ha llevado a encargar un montón de libros (más o menos) posmodernos que probablemente nunca terminaré. Pero yo soy así.

(2) Doy gracias a Dios porque existe una página tan genial como ésta dedicada a Barthelme. Completísima. Con textos de Barthelme y sobre Barthelme. Ordenadísima. Impecable. Todos los autores deberían tener una página así. Bueno, al menos los que a mí me interesan sí que se lo merecerían.

(3) Algún día voy a hacer un top 10 oficial con mis cuentos favoritos. Algún día.

lunes, 6 de octubre de 2008

'La niña del pelo raro' de David Foster Wallace

4 + 5 + 3 + 4 + 2 + 5 + 4 + 3 + 3 + 3 = 36

36 : 10 = 3,6

Ésta sería la fórmula que explicaría mi valoración de los relatos de 'La niña del pelo raro'. Por supuesto, esto no quiere decir absolutamente nada. Mi ejemplar tiene una etiqueta de la FNAC que me informa que costó 8,45 €uros y tiene la fecha 05/06/03. Por tanto, lo debí leer por primera debe hacer unos cinco años. Desde entonces, aunque no lo parezca, debo haber cambiado mucho. Aunque sólo sea porque ahora 'La niña del pelo raro' me ha gustado mucho más, supongo que porque he pillado muchas más cosas de las que pillé la primera vez. Ahora he podido ver que en el que fue su segundo libro ya hay muchas de las características del típico DFW que yo tanto adoro. Aún así hay todo un trecho entre 'La niña del pelo raro' y el último libro que publicó ('Extinción'), toda una evolución (y ahora es de rigor preguntarse , aunque sea retóricamente, ¿hasta dónde podría haber llegado?), pero en 'La niña del pelo raro' ya hay dos relatos que consiguen provocarme esa sensación que es por la que quiero tanto a David Foster Wallace, ya hay dos relatos que consiguen hacer que me duela el corazón. Y unos cuantos que me parecen magníficos y también despiertan mi envidia.

Hacer una reseña (o algo) de un libro de relatos siempre se me hace chungo, porque lo que me apetecería hacer sería comentar mis relatos favoritos, pero parece que lo que más se estilaría sería intentar buscar cosas en común en todos los relatos. Vamos a ver, ¿qué pueden tener en común los relatos de 'La niña del pelo raro'? 1) El uso de ciertas técnicas o premisas típicas de la literatura posmoderna, básicamente el hecho de que el propio texto es consciente que sólo es un texto de ficción; 2) El uso de personas reales en una historia de ficción, ya sean presentadores de televisión o presidentes de Estados Unidos, o también escritores posmodernos, aunque se les haya cambiado el nombre, porque está claro que el profesor Ambrose es el escritor posmoderno John Barth (o como mínimo una parodia de él); y 3) el uso de un sarcasmo pasivo-agresivo de lo más sutil marca de la casa, dirigido tanto al mundo de la televisión como la política o la literatura, pero también un sentido del humor grotesco y absurdo.

Probablemente mi cuento favorito (tanto esta vez como la anterior) haya sido 'Por suerte, el ejecutivo de cuentas sabía practicar la reanimación cardiopulmonar'. Es una anécdota de sólo 10 páginas pero alta densidad emocional. No ocurre básicamente nada: Son más de las diez de la noche y el ejecutivo de cuentas y el vicepresidente encargado de la producción exterior, que trabajan en oficinas distintas, se dirigen a casa, coinciden y luego al vicepresidente encargado de la producción exterior le da un patatús, pero, por suerte, el ejecutivo de cuentas sabía practicar la reanimación cardiopulmonar. Y ahí se termina todo. Con un final que no es un final. Con un final típico de DFW. Lo que me gusta del cuento es lo que tanto me gusta de David Foster Wallace: su atención obsesivo-compulsiva por el más mínimo detalle, su exasperante descripción y análisis de los más mínimos gestos y procesos de pensamiento. Esta descripción agotadora (agotadora en el sentido que agota todo lo que se puede describir) hace que el cuento transmita perfectamente cierto estado de ánimo. En mi caso, cuando lo termino de leer, siento que todo es futil, que no podemos ayudarnos los unos a los otros, que no podemos entendernos, y me duele el corazón.

Mi otro cuento favorito es 'Aquí y allí'. Curiosamente de este no me acordaba absolutamente de nada. Lo había borrado completamente de la memoria. Quizás ni siquiera lo había borrado, quizás había dejado tan poca huella en mí que ni siquiera necesitaba olvidarlo. Probablemente no estaba preparada. La historia parece la típica de pareja-que-rompe y tenemos la versión de los dos, que evidentemente no coincide, pero rápidamente te das cuenta que él es un capullo y te dices que es perfectamente normal que la chica le diera la patada. Pero llega el giro final y te compadeces del presunto capullo. Y esto es lo que tanto me gusta de DFW: que es capaz de hacer que sienta empatía por alguien que en condiciones normales detestaría. Y lo consigue haciéndome ver que en el fondo tenemos miedo de lo mismo. Además, me he dado cuenta que el tema del cuento no es pareja-que-rompe (con el clásico subtema de incomunicación y blablabla) sino vida-intelectual-con-sus-análisis-teóricos-y-abstractos-como-refugio versus vida-real-con-sus-riesgo-y-su-dolor, y como las dos mundos se excluyen y como muchos no podemos optar ni por uno ni por otro. Supongo que por la época en que lo leí aún no lo había asimilado con la profundidad que lo he asimilado ahora.

Tres de los cuentos que recordaba con más claridad eran los tres cuentos que más reflejan la cultura popular de nuestra época, a saber, los dos de la tele y el del presidente Lyndon B.Johnson (el presidente más feo de la historia según Jerry Seinfeld). Probablemente sean los más accesibles. 'Mi aparición' es sobre la aparición de una actriz de televisión de segunda fila en el programa de David Letterman. El marido de la actriz está acojonado porque tiene miedo que Letterman con su sarcasmo hiriente la deje en ridículo delante de todo el país y no para de aleccionarla para que sepa esquivar los dardos de Letterman. Si yo fuera David Letterman me habría cabreado un montón. Tiene una mala leche impresionante. Es un análisis sobre lo corrosiva (y perjudicial) que puede llegar a ser la ironía, porque nos puede llegar a pasar como la actriz del cuento, que cuando hablemos en serio crean que estamos hablando de coña, porque en un mundo donde la ironía es la reina del cotarro no hay lugar para la sinceridad y la verdad, porque nos mofaremos de los que son sinceros y veraces. Es un cuento genial porque con un estilo pasivo-agresivo critica a alguien que también se refugia en un estilo pasivo-agresivo. Y estoy segura de que el cuento está al tanto de esta paradoja.

Del mismo modo que hay novelas totales, yo defiendo que también hay cuentos totales. Para mí, un cuento total es aquel cuento que, normalmente bajo un reparto coral, consigue reflejar todo un mundo, una sociedad o una época. Ejemplos de cuentos totales serían 'Las joyas de los Cabot' de John Cheever y 'En el molino' de Jose María Eça de Queirós. Y también 'Animalitos inexpresivos' de DFW. Trata de una chica de 20 años, a la que su madre abandonó en un poste al lado de una carretera con su hermano autista. La chica de 20 años ahora se ha convertido en la concursante más lóngeva de Jeopardy! y ahora sale con la chica que redacta las preguntas del programa. Y posiblemente esto sea lo más parecido a una historia de amor que ha escrito DFW. Y es preciosa. Y muy triste. Pero el cuento también se centra en todos los personajes que intervienen en el concurso y funciona de una manera perfecta y describe todo un mundo que es el nuestro.

'Lyndon' es un relato sobre el presidente Lyndon B. Johnson (LBJ) narrado por un ayudante homosexual que lo idolatra y que empezó trabajando con él como repartidor del correo. Recordaba el cuento perfectamente porque el LBJ de DFW es tronchante, chaval. Es un cuento que probablemente no existiría sino antes no hubiera existido 'Robert Kennedy saved from drowning' de Donald Barthelme (acabo de descubrir a Barthelme pero ya lo quiero, más detalles pronto). El narrador conoce a LBJ cuando está en la cumbre de su fuerza y después del ascenso narrará la caída, que en este caso básicamente se traduce en decadencia física, una decadencia física que va de pareja con la del narrador, que probablemente se esté muriendo de SIDA. Me encanta que la decadencia de LBJ empieze justo cuando sucede el asesinato de Kennedy, es decir, justo antes de ser nombrado presidente. Es también un cuento sobre ideales y lealtad. Y en último término es un ejercicio de equilibrismo sobre los límites de la realidad y la ficción. Es impecable.

Tengo una relación de amor/odio con 'Hacia el oeste, el avance del imperio continúa'. Es un cuento chungo. Aunque más que un cuento es una novella, porque tiene casi 200 páginas. Es realmente chungo. Lo analizo y lo analizo y noto que se me están escapando muchas cosas. Me gusta la trama, pero las digresiones posmodernas me cansan: me gusta la idea que hay detrás de ellas pero me cansa la forma insistente en la que están plasmadas. Creo que es un cuento que refleja la relación de amor/odio y dependencia/repulsión que sentía DFW respecto la literatura posmoderna. Es un texto que se queja sobre los tics de la literatura posmoderna pero para quejarse de los tics de la literatura posmoderna tiene que emplear estos mismos tics de la literatura posmoderna. Por ejemplo, se queja de las digresiones metaliterarias de la literatura posmoderna pero para hacerlo tiene que emplear digresiones metaliterarias. Es esquizofrénico. Y aún no sé si me encanta o lo odio. Es un cuento que empieza, con un narrador en primera persona del plural, en una clase de escritura creativa. Dos de los niños de la clase luego se van a la Reunión De Todos Los Que Han Aparecido Alguna Vez En Un Anuncio de McDonald's, junto con otro chico que sigue queriendo ser actor de anuncios a pesar de que tiene la cara llena de quistes por culpa de un desafortunado accidente. Pero hay problemas porque pierden el vuelo que les tocaba y luego el tipo que ha diseñado los anuncios de MacDonalds los recoge en el coche montado a piezas de su hijo, que es un músico minimalista pero que ahora está trabajando haciendo de payaso Ronald McDonald. También recogen una azafata atractiva que resulta ser la hija del profesor de la clase de escritura creativa. Un lío, vamos.

Tengo la teoría que los seis que van en ese coche reflejan seis características diferentes de la literatura de DFW. Por ejemplo, la azafata se queja de que siempre ha sido un objeto, nunca un sujeto. Y bueno, los personajes femeninos como sujetos femeninos no son el fuerte de DFW (Joelle Van Dyne de 'La broma infinita' es el caso más flagrante). El chico que quiere ser actor a pesar de estar desfigurado debe ser la vanidad de DFW y su deseo de gustar. La chica de la clase de escritura creativa se hace llamar posmoderna y todo el mundo la odia está claro que es la herencia posmoderna de DFW. El publicista es la herencia de la cultura popular. El Ronald McDonald minimalista puede ser sus florituras formalistas. Luego también está el otro chico de la clase de escritura creativa que quiere escribir algo que te rompa el corazón pero que no escribe nada; y ésta es la parte de DFW que yo más quiero. Y por si esto no fuera lo suficientemente desconcertante, luego este personaje, que es nada más ni nada menos que el alter ego de DFW, resulta que escribe un relato en el protagonista (y alter ego del personaje de DFW) se llama Dave y pasa por un montón de mierda, cárcel y violaciones incluídas. Y yo me digo: "¡Joder, Dave, eran necesarias tantas muñecas rusas para decirnos que te odias a ti mismo!" Es esquizofrénico. Pero lo que me gusta más del relato es que los tres chicos jóvenes que van en el coche tienen las mismas dudas y los mismos miedos pero son incapaces de ver que pueden existir otras personas que estén pasando por lo mismo. Solipsismo al cubo, esto me encanta.


Relatos de 'La niña del pelo raro' que se pueden encontrar en Internet (e inglés):

- 'Todo es verde', relato muy breve sobre los problemas de (in)comunicación entre una pareja, bastante a lo Raymond Carver.
- 'Mi aparición', sobre la aparición de una actriz de televisión de segunda fila en el programa de David Letterman, con esa mala leche pasivo-agresiva tan típica de DFW.

viernes, 3 de octubre de 2008

'De ratones y hombres' de John Steinbeck

Leído para celebrar la Banned Books Week. George y Lennie son dos hombres que, durante la Gran Depresión, viajan juntos y trabajan como jornaleros allá donde tienen la oportunidad. Los dos están juntos para huir de la soledad. George es bajito, cínico y espavilado. Lennie es grandote, fuerte y retrasado. Nada es fácil. A veces George no soporta el peso de la responsabilidad y piensa que quizás debería dejar tirado a Lennie y seguir solo con su vida. Probablemente, aunque lo quiera, el sentimiento de culpa también entra en la ecuación que hace que George cuide constantemente de Lennie.

George y Lennie tienen un sueño imposible: comprar un trozo de terreno y poder montar una granja, para ser sus propios amos y no depender de nadie. Pero, como todos los sueños, es imposible. Es una obra muy pero que muy triste. Terriblemente pesimista. Se lee con un nudo en la garganta. Y como últimamente estoy muy blanda, cuando llegó el final trágico, lloré. Y eso que ya sabía como terminaría porque hace muchísimos años vi una adaptación cinematográfica con John Malkovich y Gary Sinise.

Es una novela minimalista y senzilla a la que no le falta nada ni le sobra nada. Para mí el tema principal de la obra es la soledad. Todos los personajes están solos. Para algunos la soledad es una carga, pero hay otros que están tan anestesiados que son incapaces de sentir nada. Me encanta la última frase de la obra: "¿Pero qué les pasa ahora a estos dos?" dice uno de los personajes incapaces de entender el sufrimiento de los otros. La mujer del hijo del jefe está sola por eso va flirteando por ahí. El viejo manco está terriblemente solo y su única compañía es un perro viejo y enfermo. Y el jornalero negro al que marginan solo en una habitación también anhela la compañía de otras personas pero es demasiado orgulloso para reconocerlo. Es todo terriblemente triste. Y me encanta.