sábado, 7 de abril de 2012

'La vida de las mujeres' de Alice Munro




Se ve que ‘La vida de las mujeres’ es la única novela que ha escrito Alice Munro. La escribió a los cuarenta años y tiene mucho de autobiográfico. Siempre podrá salir algún criticón y decir que no es una novela sino una serie de relatos con los mismos personajes, pero, por más que los capítulos estén claramente diferenciados, tienen un hilo conductor claro que es el de una niña que se hace mayor en un pueblo rural de Canadá. Tengo que confesar que los libros sobre niñas que crecen son una de mis grandes debilidades. Hay muchos libros sobre niños que se hacen mayores y estos siempre me acaban cansando, pero no hay tantos sobre niñas y, quizás sea por esto, pero estos casi siempre me acaban enamorando.

Parece que para Alice Munro hacerse mayor es ir acumulando decepciones. Aún así, ‘La vida de las mujeres’ no es un libro triste. Quizás sea melancólico pero no triste. Munro describe a la perfección el ambiente de un pueblo pequeño, encerrado en sí mismo y sin prácticamente oportunidades. Y aún así, nunca hay amargura. En la novela, la protagonista y narradora, Del Jordan, poco a poco, empieza a intuir que quiere algo más que la vida que llevan las mujeres de su alrededor y también que su pueblo no le podrá ofrecer todo lo que ella desea. A pesar de todo, sabe que ella también es parte de ese pueblo, nunca reniega de él y, en el fondo, lo describe con amor y dulzura.

Hay toda una serie de personajes secundarios, la mayoría mujeres, que llevan una vida más o menos gris y mediocre, pero Munro nunca se ensaña con ellas, todo lo contrario; las describe con afecto, resaltando sus cualidades pero sin no olvidar nunca sus defectos. Alice Munro es muy buena; sabe ser dulce pero sin dejar nunca de ser ecuánime y, sobre todo, sincera. Es arriesgado y quizás incluso ridículo decir que una obra de ficción es “sincera”, pero para mí ‘La vida de las mujeres’ lo es; me es tan fácil entrar en el mundo que describe e identificarme con lo que le pasa a la protagonista.

Si esta novela me parece sincera es porque no idealiza la infancia, sino que es capaz de retratarla con la mezquindad que conlleva. Por supuesto que habla del descubrimiento del sexo, pero lo hace casi con crudeza. Además, la protagonista se va alejando de todas las personas que le rodean: sus tías, su madre, su mejor amiga, su mejor amigo, su primer amante. Es como si hacerse mayor fuera también alejarse de los que hemos querido, como si para construirnos como personas tuviésemos que cortar lo que nos mantiene unidos a los seres que queremos, pero que a la vez nos limitan como personas. Puede que haya un punto de crueldad en todo esto, pero no deja de ser real. Y probablemente el mayor mérito de Alice Munro sea el de ser dulce y cruel al mismo tiempo.

2 comentarios:

Sonia dijo...

Hola. Creo que he leído todos los cuentos de Alice Munro y, por supuesto, su única novela. También he leído, no sé dónde, que al final no recuerdas ninguna de sus historias porque, de alguna manera, siempre habla de lo mismo. Pues a mí me da igual. Me encanta. No quiero recordar nada. Quiero disfrutar del momento con ella y sus personajes y sus ganas de volar. De la novela me acuerdo más, quizá porque es más larga. Quizá sea sólo eso, una cuestión de longitud. Si publica algo más, y eso que ya es muy mayor, pues me lo leeré. qué voy a hacer. Un saludo. Sonia.

Núria dijo...

Yo sólo he leído esta novela y los relatos de 'Demasiada felicidad', pero estos dos libros me han encantado tanto que (tarde o temprano) voy a acabar leyendo todo lo que Alice Munro ha ido escribiendo.

Meh, los criticones pueden ir diciendo que siempre habla de lo mismo, pero a mí también me da igual. ¿Qué importa que hable siempre de lo mismo si lo hace tan bien?

Saludos,
Núria