Hace poco terminé ‘Todo arrasado, todo quemado’ de Wells Tower, un libro de relatos que toda la crítica ha puesto por las nubes, y si bien no me disgustó sí que me decepcionó. Estaba muy bien escrito, era un libro formalmente cojonudo, pero el fondo cojeaba un poco; tuve la sensación de que lo que me contaba ya me lo habían contado antes mil veces y los temas eran tan tópicos y poco originales que parecían sacados de un ejercicio estilístico propuesto en una clase de escritura creativa. Es mi eterno problema con la mayor parte de la literatura contemporánea: me parece banal, puro formalismo y/o ombliguismo, no conecto con ella y me acaba cansando un montón. Afortunadamente hay excepciones y he encontrado que ‘Demasiada felicidad’ de Alice Munro es una de ellas.
Si alguien se pone puntilloso podrá decir que lo que cuenta Munro en esta colección de relatos ya se ha contado también antes. Y si estoy muy apurada siempre podré decir que todo ya se ha contado antes. Pero lo cierto es que es muy difícil decir por qué un libro te parece más de lo mismo y otro consigue llegarte y te da la sensación de que te cuenta algo real, algo que realmente tiene importancia. Con los cuentos de ‘Demasiada felicidad’ me ha pasado esto último. Munro habla de personajes que llevan vidas normales, más o menos felices (o como mínimo no especialmente infelices), pero estos personajes un buen día se encuentran con un bache que sacude toda su existencia, un agujero por el que caen, una rendija por la que se cuela la desgracia. Y luego tienen que adaptarse a ello. Y es que ‘Demasiada felicidad’ habla de los giros que da la vida (algunos bruscos y crueles, pero otros más cotidianos pero sólo banales en apariencia) y de cómo nos adaptamos a ellos.
De todos los cuentos, los que más me han gustado han sido ‘Ficción’ (porque precisamente habla de la diferencia entre ficción y realidad, y éste es uno de mis temas favoritos), pero también ‘Cara’ (que es una atípica historia de amor que nunca llega a materializarse), ‘Radicales Libres’ (porque empieza dentro de la cotidianeidad pero luego se vuelve un ejercicio de suspense angustiante), y el que da título al libro, ‘Demasiada felicidad’ (una novela en miniatura llena de melancolía, basada en un personaje que existió realmente, una de las primeras mujeres matemáticas, que era de origen ruso y encima también escritora de ficción). Pero en realidad todos me han gustado y todos participan de un mismo estilo y una misma temática que atorga al conjunto una unidad que muchas veces cuesta de conseguir en una recopilación de cuentos.
En cada una de sus páginas, se nota que Alice Munro tiene oficio, que sabe cómo construir un relato. Su estilo es pausado y tranquilo pero sabe como dosificar la información para atraparte. Te hace creer que estás adivinando lo que va a ocurrir a continuación pero siempre te sorprende; todos sus relatos tienen un giro inquietante que te saca de tu zona de confort. Y aunque al final efectivamente como lector adivines lo que va a ocurrir siempre te sorprende con la forma que finalmente ocurre. Y así es como tendría que ser siempre y es por esto que 'Demasiada felicidad' es un libro muy recomendable.
8 comentarios:
No he leído este libro de relatos, pero sí otro anterior de Munro: "Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio". Coincido contigo en que es una cuentista muy sutil, sus relatos se filtran por entre las grietas de las relaciones humanas y son muy perceptivos.
Una de las tres grandes cuentistas vivas, no defrauda. Además, al igual que las otras dos (Amy Hempel y Mavis Gallant), tiene una obra muy compacta y muy homogenea, no hay frivolidades.
Elena, éste ha sido el primer libro de Munro que leo, pero seguro que no será el último. No sé con cuál seguir, pero el título de "Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio" me parece genial (como también el de "Demasiada felicidad").
La mujer Quijote, con Munro seguro que voy a seguir, Hempel también la tengo que retomar, pero nunca había oído hablar de Mavis Gallant. Investigaré y la buscaré. Así que gracias por la recomendación.
Me lo apunto :)
Siempre he creído que los relatos o cuentos o historias cortas , como quieras llamarlos, son muy difíciles de escribir, y me siento bastante atraída por ellos. Si te gusta este tipo de narrativa te recomiendo La mujer oculta de Colette e Historias extraordinarias de Roald Dahl. Con el primero era bastante escéptica pero me gustó mucho. Destila una energía muy sensual y corrosiva. Bajo su capa más frívola hay algo que late y duele. Aunque entiendo que no guste a todo el mundo. Del segundo ya venía enamorada, así que no me costó mucho que me gustara. También es genial ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor? de Raymond Carver tiene un estilo muy americano, con olor a Marlboro, whiskey y arena, pero es brutal.
Dentro de poco comenzaré a leer Cuentos y cuentistas. El canon del cuento de Harold Bloom, con el peligro que entraña todos los cánones, esto ser limitados y dejar fuera trabajos que seguramente también sería dignos de estar allí. En fin, ya te contaré.
Mar, a mí me encanta la narrativa breve, que si está bien hecha es tan satisfactoria como cualquier buena novela. Y sí, los relatos son difíciles de escribir: tienen que ser directos pero a la vez sutiles y tener un final que te haga reconsiderar todo el cuento y que te quede grabado, opino yo.
De Roald Dahl sólo leí unos pocos cuentos para adultos con mucho humor negro. Recuerdo que no estaban mal. Pero a mí me cuesta mucho leer y disfrutar la literatura de género y cuentos fantásticos y de este tipo siempre me dan algo de pereza.
Con Colette yo también soy de entrada algo escéptica, porque Chéri no estuvo mal pero La gata me pareció un muermazo. Pero supongo que se merece que le dé más oportunidades.
De Raymond Carver soy muy fan. Totalmente de acuerdo con tu descripción. Tengo que ponerme a releerlo en serio algún día de estos.
El cánon de los cuentos de Harold Bloom no lo conozco, pero tú yalo has dicho: todos los cánones son relativos, y a veces Bloom acierta pero a veces la pifia de manera flagrante. Pero, eso, supongo que siempre hay curiosidad para ver qué incluyen y qué no, aunque sea por luego discrepar.
HE COMENZADO A LEER LAS LUNAS DE JUPITER Y ME PARECE DE GRAN CALIDAD.
Ramon, ¡qué bien ver que hay más gente que lee a Alice Munro! ¡Pero aún es mejor ver que sea cuál sea el libro escogido no defrauda! :D
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