sábado, 28 de julio de 2012

'Oleanna' de David Mamet




No había leído nunca ‘Oleanna’, pero hace años había visto la adaptación cinematográfica que dirigió el mismo David Mamet. Supongo que puedo decir que, durante este tiempo que ha pasado, habré cambiado un poco porque las impresiones y la opinión que me ha dejado esta obra han variado ligeramente. La primera vez me irritó bastante. Me irritó básicamente porque el personaje femenino acusa de violación al personaje masculino, algo que es totalmente inventado. En aquel momento me irritó que una mujer se inventara semejante acusación y se me hizo muy difícil poder comprender su punto de vista, ponerme de su parte.

Esta vez me he irritado no contra el personaje sino contra el autor que ha creado un personaje así. La verdad es que la violación es un tema demasiado serio como para ir escribiendo alegremente mujeres que la usan para arruinar la vida de hombres que les caen mal. Alguien podrá decirme que se trata de ficción y que me lo estoy tomando demasiado en serio, pero es que hoy en día aún está muy extendida la tendencia de desconfiar de las mujeres que denuncian abusos sexuales y de intentar buscar excusas para defender a los que han cometido estos abusos. Y semejantes representaciones, aunque sean en el mundo de la ficción, no ayudan para nada.

‘Oleanna’ es una obra de teatro que empieza cuando una estudiante va a reclamar la revisión de un suspenso al despacho de un profesor, cosa que significará el inicio de una lucha de poder entre estos dos personajes. Estos dos personajes hablan pero no se escuchan, se interrumpen continuamente, y así la comunicación es imposible. Ya he dicho que la primera vez me costó mucho entender el personaje femenino y ponerme de su parte; esta vez me ha pasado lo mismo, pero con el personaje masculino. Es un hombre que está sentado en su trono de privilegio y que, desde allí, se atreve a ningunear hipócritamente este privilegio y a los que reclaman su derecho de conseguir lo mismo, después de haber luchado y haberse esforzado mucho más que él. He dicho que desdeña hipócritamente el privilegio del que él ha gozado toda su vida, porque cuando se presenta una remota posibilidad de perder un poco de lo que tiene le entra el pánico.

Supongo que esta vez la obra me ha gustado más por esta lectura que he extraído sobre el privilegio. Para mí (aunque quizás no para David Mamet) es una crítica al privilegio y a la hipocresía y la avaricia que rodea este privilegio del que gozan cierta raza, cierta clase social y cierto sexo, que intentan imponer su visión del mundo a los otros fingiendo que lo único que están haciendo es dar una visión objetiva de los hechos. Aún así, creo que a la obra le falta algo y le sobran otras cosas. Entre las cosas que le sobran evidentemente está esta acusación de violación que la chica se saca de la manga. Al principio lo acusa sólo de acoso sexual y la cosa ya funciona y no sé porque David Mamet se saca este as de la manga y, al hacerlo, para mí, manda toda la sutilidad que podía tener la obra a hacer puñetas.

Además de poco sutil, ‘Oleanna’ también acaba siendo algo superficial, quiero decir que insinúa reflexiones interesantes pero de una forma basta y demasiado espumosa. Creo que es una obra más interesante por las reflexiones que puede generar después de leerla o verla, que no por el placer que se pueda extraer de ella al leerla o verla. Y no creo que esto sea precisamente bueno, porque en el fondo lo que quiero decir es que es una obra bastante regular pero que puede dar pie a reflexiones interesantes, aunque es el lector quien tiene que poner estas reflexiones. 


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