sábado, 12 de septiembre de 2009

'El rio' de Rumer Godden


Decidí leer 'El rio' para satisfacer mi imperiosa necesidad de leer historias sobre niñas que crecen, porque (lo digo siempre) hay muchísimas historias sobre niños que crecen pero poquísimas sobre niñas que crecen. La protagonista de 'El rio' es Harriet, una preadolescente que vive al lado del rio Ganges, que se está haciendo mayor y que no acaba de encajar ni en el mundo de los niños ni en el de los adultos, pero además también se encuentra dividida entre dos culturas, la inglesa y la india, sin acabar de pertenecer del todo a ninguna. Su mejor virtud es que es un libro que da lo que promete: la narración de una serie de experiencias y sentimientos con los que es inevitable identificarse. Y su mayor defecto es que su narración parece poco trabajada, nada pulida, como si no hubiera sufrido ninguna revisión. Si al acabar de leer la novela leemos el prefacio de su misma autora sabremos que más o menos efectivamente es así, allí nos confiesa que este libro no se gestó a partir de una idea que maduró en su cerebro, sino que le salió de dentro y que lo plasmó tal cual. Y se nota algo desordenado, caótico y torpe.

Harriet es una niña que se está haciendo mayor y en realidad no tiene ganas de hacerse mayor, pero descubrirá que el tiempo no se puede detener y que todos nos hacemos mayores y que el mundo de los mayores es muy distinto a la despreocupación de la infancia, porque en el mundo de los mayores hay soledad, dolor y muerte. 'El rio' capta perfectamente la melancolía y la nostalgia de hacerse mayor. Y es precioso. Bea, la hermana mayor de Harriet, se ha hecho ya mayor y ya no pasa su tiempo con Harriet como solía, sino que lo pasa con una nueva amiga de su misma edad. Harriet la echa de menos, se siente sola, a veces juega con su hermano pequeño, pero la verdad es que la mayoría de veces los juegos de su hermano ya no le interesan. Harriet se refugia en su rincón secreto, un muelle al lado del río, y también se refugia en la escritura de un diario secreto (porque Harriet quiere ser escritora). Harriet sufre la melancolía de hacerse mayor y también sufrirá su primer enamoramiento platónico, aunque ella no sea capaz de ponerle esa etiqueta y no acabe de entender que son esos celos y esa felicidad y esa tristeza y esa necesidad de atención que le inspira el capitán John. Y realmente lo que más me ha gustado de esta novela es la relación que se establece entre Harriet y el capitán John, cómo evoluciona de indiferencia hasta una comprensión y una empatía profundas y tiernas y totalmente platónicas.

Y realmente vale mucho la pena.

1 comentario:

La mujer Quijote dijo...

No sé si la conoces: "Annie John" de Jamaica Kincaid entra de lleno en este tipo de historia. También "Autobiografía de mi madre" de Kincaid y en cierta manera "La casa en Mango Street" de Sandra Cisneros.