miércoles, 29 de septiembre de 2010

'En el bote' y 'Para Esmé, con amor y sordidez' de Salinger



Me parece algo curioso que muchos de los cuentos de Salinger estén estructurados en tres partes. Es lo que pasa tanto en ‘En el bote’ como en ‘Para Esmé, con amor y sordidez’. En el primer relato hay una primera parte en que vemos las dos criadas charlando en la cocina; una segunda parte en la que Boo Boo entra en la cocina y conversa brevemente con las dos criadas; y finalmente una tercera parte en la que Boo Boo sale a buscar a Lionel, su hijo, que ha huido y se ha refugiado en el bote. Es obvio que la parte central del relato, la más importante, el protagonista, es Lionel, pero me encanta como es introducido en la narración poco a poco, de una forma progresiva. Boo Boo siempre ha sido una de mis Glass favoritos, a pesar de que sabemos muy poco de ella, y lo es sólo porque parece que es la que ha conseguido llevar una vida más convencional (se ha casado y ha formado una familia), pero aún así intuyo que su vida no es ni tan normal ni tan feliz como puede parecer a simple vista. Lionel es un amor de niño, pero aún que sea un niño es muy diferente a todos los niños que salen en otros cuentos de Salinger. Muy diferente a la extrovertida Sybil de ‘Un día perfecto para el pez plátano’, pero también diferente a la Ramona de ‘El tío Wiggily en Connecticut’, por más que los dos sean más bien introvertidos. Lionel es un niño sensible y encerrado en su propio mundo y al que las pequeñas cosas le afectan demasiado y cada vez que se siente herido o confuso o triste decide huir, y es imposible no sentir ternura por él. Me encanta la simplicidad de este cuento. Es tan sobrio, tan diáfano, tan limpio, tan puro. Es reconfortante ver que los problemas de Lionel dejan de tener importancia después de haber hablado con su madre, pero por poco experimentados que seamos como lectores no podremos evitar sentir nostalgia porque sabemos que Lionel crecerá y llegará un día en que ni su madre no será capaz de alejar las preocupaciones que le puedan atormentar.

Tengo la sensación (no sé si será acertado o no) que ‘Para Esmé, con amor y sordidez’ es también uno de los cuentos más queridos e idolatrados de Salinger, pero a mí me cuesta creérmelo, se me hace demasiado literario, demasiado metaficción, me cuesta entrar en él y confieso que también me cuesta poder entenderlo. También tiene tres partes. En la primera, situada en el presente, un narrador en primera persona nos cuenta que le han invitado a una boda en Inglaterra, pero no podrá asistir, pero aún así escribirá una carta al novio explicando detalles de la novia que espera que le causen malestar. En la segunda parte, el mismo narrador en primera persona nos narra una tarde de hace seis, cuando era un soldado al final de la Segunda Guerra Mundial desplazado a Inglaterra, y cuando conoció a una adolescente llamada Esmé a la que promete que algún día escribirá para ella un relato sórdido. La tercera parte, escrita en tercera persona, entiendo que es el relato que el narrador en primera persona prometió a Esmé, y está protagonizado por un soldado (al que se llama X), que acabada la guerra mundial está destacado en Alemania y que por decirlo con las mismas palabras de Salinger no ha salido de la guerra con “todas sus facultades intactas”, y que al final del relato nos enteramos que debe ser como mínimo una versión ficcionalizada del primer narrador porque recibe una carta de Esmé con el reloj demasiado grande que ésta llevaba porque era de su padre muerto.

No está mal, pero mientras que en los otros relatos de Salinger tengo la sensación de que lo que me está contando es real, con ‘Esmé’ sólo tengo la sensación de que me está contando una ficción totalmente inventada. Probablemente ésta fuera en parte la intención, pero me parece todo tan literario que me cuesta de digerir. Estoy toda la segunda parte imaginando que todo lo que está contando Esmé al narrador es una inmensa trola y cuando al final resulta que no era trola me siento decepcionada. Y eso que Salinger participó en la guerra, pero la guerra que describe aquí me parece tan idealizada y tan de color de rosa (y para nada sórdida) que tampoco me la creo. Se supone que si el narrador quiere intentar hacer fracasar la boda de Esmé es porque se enamoró de ella, pero esto a parte de incomodarme, me parece totalmente inverosímil (Esmé no deja de ser una pre-adolescente marisabidilla que quiere hacer ver que es muy madura y mayor pero que aún es una niña, y sólo tienen una conversación de media horita). Me gustaría pensar que si quiere arruinar la boda es porque está celoso porque Esmé ha tenido una vida fácil y él ha tenido una vida más chunga, pero aún así tampoco me lo acabo de creer. Es que es tan literario este cuento, tan consciente que sólo es literatura, que no me lo trago.


2 comentarios:

Elena Rius dijo...

De verdad interesante tu proyecto de ir comentando los cuentos de Salinger. Es cierto que Boo Boo es un personaje misterioso -en el sentido de que piensas que en una familia así, no puede ser tan normal- y nos gustaría saber algo más de ella. En cuanto al cuento de Esmé, tengo que releerlo, no recuerdo que a mí me diese esa impresión.

Núria dijo...

Me hicieron notar que Boo Boo es descrita por Salinger en este cuento como una persona enclenque y muy poquita cosa. Y aún así, es quién lleva todo el peso de la casa y la familia. No sé, yo me la imagino como una persona que en apariencia tiene una vida normal y fácil, pero que le cuesta mucho mantener esta apariencia. Tampoco la veo infeliz, pero tampoco la veo viviendo en una inconciencia feliz.

Reconozco que la sensación que me produce el relato de Esmé es totalmente subjetiva. Probablemente todos los cuentos de Salinger pueden calificarse de literarios, pero éste me suena muy artificioso, todo está demasiado marcado y demasiado bien medido. Pero ya te digo, creo que soy de las pocas personas a las que éste cuento no les convence.