‘Humillados y ofendidos’ es de las primeras novelas de Fiódor Dostoyevski. Se nota. Es muy buena pero no tiene el grado de complejidad y perfección de sus últimas obras. Por otra parte, probablemente es la novela más adictiva del bueno de Dosto, la que engancha más, la que te obliga a ir pasando páginas y páginas sin parar y sin darte cuenta de que el tiempo está volando y probablemente en aquel momento deberías estar haciendo otra cosa más útil como lavar los platos. Predominan los diálogos, la acción es continua y frenética, y no se pierde el tiempo en descripciones ni parábolas ni sueños alegóricos. Aún así, como prácticamente todas las obras de Dostoyevski es una obra moral y conservadora.
‘Humillados y ofendidos’ va de hijas que se desvían del buen camino y de padres orgullosos que no son capaces de perdonarlas. Me ha gustado mucho la idea de que la historia se repite, pero Fiódor es un buenazo idealista y siempre concede segundas oportunidades. Hay villanos súper malvados, que se aprovechan sin piedad de los desfavorecidos y/o que disfrutan humillándolos por deporte. No se puede negar que hay cierto maniqueísmo en la construcción de los personajes: o muy buenos o muy malos. Por ejemplo, el príncipe Valkovski, por más carisma que tenga, es un villano de una pieza, a años luz de las complejidades y las contradicciones del Svidrigailov de ‘Crimen y castigo’ o el Smerdiákov de ‘Los hermanos Karamázov’. Y encima resulta que el narrador en primera persona es sólo el que nos transmite la historia, más allá de esto no tiene personalidad.
Sin embargo, también es cierto que podemos encontrar personajes más interesantes. Así, los humillados y ofendidos del título, orgullosos y, lo más importante, orgullosos de su orgullo, tienen ya más capas y ya anticipan los grandes personajes que va a crear Dostoyevski en el futuro. Y es curioso que el más interesante de entre los interesantes sea una niñita de trece añitos, una huérfana epiléptica que prefiere morirse de hambre antes de rebajarse a aceptar algo de otra persona. Y luego también está Aliocha, un pocas luces idealista y optimista, que la alta sociedad considera un tontaina y que se parece un poco al protagonista de ‘El idiota’, pero éste Aliocha tiene mucho menos carácter, es una veleta y algo calentorro.
Pero, por desgracia, además del maniqueísmo de ciertos personajes, también hay otros defectos, todos también derivados del carácter folletinesco de la novela, como un exceso de sentimentalismo e histrionismo y un final melodramático para hacer llorar a moco tendido a los lectores de la época. Y aún así es un libro buenísimo. Sólo que es inevitable compararlo con los otros libros de Dostoyevski que son súper buenísimos. Yo lo recomendaría tanto a los que conocen Dostoyevski y les gusta como los que no lo conocen y les da miedo que pueda ser un pelmazo, porque es una buena introducción a su obra, ya que es un libro muy directo y, lo repito, que engancha muchísimo, con una prosa perfecta y un dominio de la narración impecable.
3 comentarios:
Excelente reseña, me encanta tu estilo, saludos.
lo tengo en casa y no lo he leído todavía. No sé por qué, porque adoro a Dostoievski (El jugador, Crimen y castigo... sublimes) Tras leer tu reseña, voy a leerlo a ver qué tal.
Ah, también me gusta DFW... de hecho estoy releyendo La broma infinita :)
Digiletras, muchas gracias, saludos y felices lecturas :-)
Señor S., estoy convencida que si ya has probado Dostoievski y te ha gustado, 'Humillados y ofendidos' también te gustará.
¡Qué bien otro fan de DFW! ¿Releyendo La Broma Infinita? Ojalá yo encontrara tiempo para hacerlo. Es de esos libros que intuyes que en una segunda lectura aún serán mejores que la primera vez.
Publicar un comentario