Cuando fueron presentados, él hizo un comentario ingenioso porque quería caer bien. ella soltó una risotada estrepitosa porque quería caer bien. Luego los dos cogieron sus coches y se fueron solos a sus casas, mirando fijamente la carretera, con la misma mueca en la cara.
Al hombre que los había presentado no le caía demasiado bien ninguno de los dos, pero fingía que sí porque le preocupaba mucho tener buenas relaciones con todo el mundo. Después de todo, nunca se sabe, ¿verdad que no? ¿Verdad? ¿Verdad?
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Éste es el primer cuento del libro 'Entrevistas breves con hombres repulsivos' de David Foster Wallace. Me encanta. Con tan pocas palabras dice tanto. Y me encanta.
1 comentario:
eso se ve maravilloso
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