jueves, 6 de febrero de 2014

'Purga' de Sofi Oksanen



Aliide y Zara son las dos protagonistas de 'Purga' de Sofi Oksanen, una novela escrita en finés y ambientada principalmente en Estonia. Es la historia de supervivencia de dos mujeres y también la historia de la miseria en dos países, Estonia y la Unión Soviética: el primero asolado por la segunda guerra mundial y las consiguientes ocupaciones militares y el segundo que no ofrece ninguna  oportunidad de mejora (económica) a las personas de origen humilde. Es una novela dura, muy dura, que habla de la barbarie que implica las ocupaciones militares y también la explotación sexual, y las relaciona de una forma incómoda pero veraz. 

Aliide es una mujer ya anciana que vive en una zona rural y lleva una vida más o menos tranquila y monótona ocupándose de las tareas de la casa. Y Zara es la joven que una mañana se encuentra en su patio, muerta de frío y de miedo. La novela de buen principio insinúa que el encuentro no es casual, que estas dos mujeres están ligadas por un pasado común, pero la gran habilidad de Sofi Oksanen es la de estirar y mantener el suspense, ir dosificando la información en cuentagotas, atraparnos en esta historia angustiosa con el deseo de saber más, dominando con maestría la intriga. 

La gran crítica que le hago a 'Purga' es que en un par de ocasiones se dedica a retratar con detalle escabroso abusos sexuales. Es una cuestión muy personal, pero siempre encuentro estas descripciones problemáticas, por la posibilidad de que puedan provocar el efecto contrario al que se proponen, porque es algo demasiado íntimo y doloroso como para contarse alegremente en forma de ficción. Prefiero los momentos en que Sofi Oksanen nos cuenta estos abusos de forma simbólica, sin detalles físicos, sólo centrándose en las sensaciones, porque me parece que así es mucho más eficaz, por no mencionar literario.   

'Purga' no deja de ser una intriga psicológica y, como buena intriga psicológica, los personajes son complejos y ambiguos (sobre todo Aliide, evidentemente) y la autora no se dedica a perder ni un segundo en juzgarlos. Y encima despliega toda una serie de imágenes recurrentes de lo más evocadoras; y es que es una obra con una fuerza simbólica notable. ¿Y ya he mencionado lo bien que dosifica el suspense, no? Y sí, es una obra dura, muy dura, pero que vale mucho la pena leer. 

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