miércoles, 29 de julio de 2009

'La plenitud de la señoritat Brodie' de Muriel Spark


En las primeras páginas 'La plenitud de la señorita Brodie' me estaba mosqueando muchísimo. La señorita Brodie era tan estúpidamente ridícula que me estaba poniendo de los nervios y encontraba el estilo repetitivo de lo más irritante. Al final lo pillé: la señorita Brodie era ridícula a propósito y el estilo era repetitivo a propósito. Había sido víctima de una contraportada engañosa. 'La plenitud de la señorita Brodie' no era una versión en femenino de 'El club de los poetas muertos', era una sátira cortante y escurridiza. La señorita Brodie es una solterona liberal, una maestra excéntrica, una esnob ignorante, una egocéntrica narcisista que está maravillada por los desfiles fascistas de Mussolini y Hitler. Por supuesto sus métodos de enseñanza poco ortodoxos son mirados con recelo por el resto del profesorado, cosa que a ella le va de perlas porque le permite hacer el papel de mujer avanzada a su tiempo perseguida por los estrechos de miras, cuando en realidad no hay nadie tan estrecho de miras como ella.

La señorita Brodie selecciona seis de sus alumnas, las invita a té en su casa, las lleva de excursión y las instruye para que lleguen a ser la creme de la creme. Las seis seleccionadas entran en la escuela secundaria y dejan de tener como maestra a la señorita Brodie pero siguen quedando con ella para tomar el te y ella les sigue influyendo. El tiempo pasa y las chicas consiguen irse librando de la influencia de la señorita Brodie, algunas más que otras. Y al final una de ellas acaba tricionándola y la señorita Brodie se obsesionará en descubrir quién ha sido. No os preocupéis que no he desvelado nada escencial, lo de la traición se cuenta ya en las primeras páginas y es que uno de los mayores aciertos de este libro es el uso del tiempo: con constantes saltos hacia adelante para volver hacia atrás para luego volver al mismo sitio del futuro para contarnos una vez más lo que ya nos había contado pero añadiéndole un poco más. Y así contínuamente. Sabemos toda la historia desde el principio pero lo bueno es ver como se va desarrollando poco a poco. La progresión de este libro es magnífica, elegante, impacable.

Este libro no se lee para identificarse con los personajes, se lee para disfrutar con el sentido del humor retorcido y la lengua viperina de Muriel Spark, pero aún así a mí me ha encantado que sea un libro sobre chicas que crecen (¡hay tan pocos de estos!), porque a pesar de que los personajes de las seis chicas son totalmente planos (intencionadamente), sus experiencias genéricas son las de todas las chicas que crecen y es facilísimo reconocerse en ellas: el descubrimiento del sexo, la excitación al empezar la secundaria, el encuentro con el excibicionista, el profesor de arte, etc. Es una lectura maravillosa, divertida, inteligente, y deliciosamente ambigua y sutilmente perversa.

2 comentarios:

La prima de Audrey dijo...

Lo ltengo en inglés. Lo compré hace siglos y aún sin leer.Como tantos otros. Lo compré sin saber nada de nada y poco después leí buenas cosas sobreél pero es q se me acumula el trabajo. Te visito por primera vez y me encanta tu blog. hasta pronto

Núria dijo...

Hola!

Gracias por la visita y el comentario :D

Por si te anima, te diré que son poquitas páginas y se lee muy rápido. Y yo creo que gusta más o menos, pero es un libro que definitivamente gusta :)