domingo, 28 de marzo de 2010

'El abanico de Lady Windermere' de Oscar Wilde


Ya aviso que ésta probablemente será otra entrega de mi larga serie de “opiniones impopulares”. No soy fan del teatro de Oscar Wilde. El mayor problema creo que está en que Oscar Wilde es uno de los autores más citados de la historia. Has oído tantas veces citas suyas fuera de contexto que cuando las ves inseridas en su contexto original te suenan forzadas, falsas, metidas con calzador, “la gente nunca ha hablado así, soltando aforismos” dices. Otro problema que me cuesta digerir es que sus altas comedias aristocráticas son terriblemente conservadoras. Los diálogos frívolos tienen apariencia de ser muy rompedores y muy críticos con la sociedad que retratan, pero el fondo es totalmente conservador: los matrimonios no se rompen porque el amor auténtico existe, los nobles en el fondo son buenos y honestos, y todo se aclara finalmente de una forma perfectamente civilizada y feliz. Y que sean unas obras tan conservadoras significa también que son unas obras terriblemente predecibles. Y creo que es en ‘El abanico de Lady Windermere’ donde estos defectos (a mi modo de ver) son más flagrantes.

No sé si vale mucho la pena contar el argumento: una joven huerfanita, bella, pura y honesta sospecha que su marido le es infiel con una mujer mayor a la que visita regularmente. También hay un soltero de oro que va de cínico por la vida pero que luego resulta que es un idealista y que está enamorado de esta joven huerfanita. A partir de ahí los enredos se suceden de forma previsible, puntuados con diálogos ingeniosos y en ocasiones brillantes. Ciertamente está bien escrita, con una estructura clásica que funciona, pero a la vez es tan poco original. Es la más melodramática de las obras de Wilde. Exageradamente melodramática. Realmente hay muy poca comedia. Todos los personajes me han parecido realmente sosos (son demasiado buenos y/o tópicos para ser interesantes). El único que se salva es Lord Darlington. Lord Darlington y los diálogos ácidos burlándose de las costumbres de la alta sociedad, por más que sea una burla inofensiva.


5 comentarios:

supercoco dijo...

he leido todo lo de wallace y me gustaria comentar alguna csilla contigo ¿me das tu facebok¿

Anónimo dijo...

No es que haya leído muchos de Wilde, pero este no estaba mal, me entretuvo, aunque no me gustó como "El retrato de Dorian Gray" (ese me encanta).

Lo de las frases ingeniosas que no son como la gente suele hablar... es cierto, pero molan. Qué frases más grandes tiene el cabroncete xD

La peli me la vi hace un tiempo y también estaba entretenida, no es de esas de ver 500 veces, pero eso :)

Núria dijo...

supercoco, puede parecer extraño, pero soy la última persona sobre la capa de la tierra que no tiene Facebook.

agent-prov 'El retrato de Dorian Gray' a mí tampoco me gusta, también por previsible y conservador. Lo único que genuinamente me gusta de Wilde es el 'De profundis', que es lo que escribió después que el cabrón de Bosei le puteara. Y luego 'Un marido ideal' y 'La importancia de llamarse Ernesto' me parecen bien, pero no me entusiasman.

Que había película (reciente) de Windermere no me acordaba. Ha sido buscando imágenes que me ha venido la memoria. No la he visto, pero quizás lo haga por Scarlett.

Charm dijo...

De Sebastian Melmoth -como se llamaría a si mismo en sus últimos años de exilio en Paris- me quedo con su versión de Salomé y De Profundis. No sé si pretendia ironizar sobre las clases acomodadas - ya que era defensor del "arte por el arte"- o no tenía pretensión alguna y sólo se trataba de divertimentos de salón.
Ingenioso, desde luego, lo era. Y quizá el ingenio requiera mimar el detalle.

Saludos.)

Núria dijo...

Charm, 'Salomé' no la he leído aún, pero puede que ahora me anime a hacerlo pronto.

Saludos :)